Grupo Vacazur Hermanos: una empresa indígena nacida en la Puna que hoy impulsa desarrollo real
En el corazón de la Puna salteña —donde la vida se forja entre viento, sal y silencio— una familia convirtió su historia en una herramienta de transformación.
El Grupo Vacazur Hermanos (GVH), integrado por Luis, Vilma, Cristian, Ramiro, Amalia, Magui, Johana y Romina —hijos de Doña Pascuala y Don Benito— es uno de los casos más emblemáticos de una empresa indígena que logró crecer, profesionalizarse y ocupar un rol central en la minería argentina.
Lo que hace 26 años comenzó como un pequeño emprendimiento familiar, hoy es un grupo consolidado con más de 150 trabajadores, en su mayoría integrantes de comunidades originarias de San Antonio de los Cobres, Olacapato, Tolar Grande, Salar de Pocitos y toda la franja puneña. Todos registrados, capacitados y con oportunidades reales de ascenso laboral. En una región donde el empleo formal es un desafío cotidiano, ese dato no es menor: es la prueba de que desarrollo y pertenencia pueden caminar juntos.
Tres pilares: identidad indígena, profesionalización y compromiso social
El crecimiento de GVH y Nuevo Bus se sostiene sobre una base que no muchas empresas pueden exhibir:
Identidad indígena como raíz y motor, no como sello folklórico.
Profesionalización constante, con certificaciones, formación técnica y capacitación en alta montaña.
Compromiso social y ambiental, con políticas que incluyen a las comunidades como protagonistas y no como espectadoras del progreso minero.
Gracias a esa estructura, la empresa pasó de brindar servicios básicos a convertirse en un proveedor estratégico en logística, transporte, seguridad vial, rescate y emergencias para compañías internacionales como Rio Tinto, First Quantum Minerals y otras operadoras del Triángulo del Litio.
Pero la clave está en la visión: que el desarrollo minero no llegue a la Puna desde afuera, sino que crezca desde adentro.
Y eso hoy se refleja en decenas de jóvenes formados como conductores de alta montaña, técnicos, operadores y rescatistas. Lo que antes parecía un sueño lejano, ahora es una salida laboral concreta para familias enteras.
Un gesto que vuelve al origen
Uno de los hechos más significativos de los últimos meses fue la donación de una Toyota Hilux 0 km a la comunidad Kolla de Olacapato. Para muchos es una noticia más; para la Puna, es un símbolo.
Simboliza pertenencia.
Simboliza gratitud.
Simboliza el círculo que vuelve a cerrarse donde todo empezó.
Luis Vacazur lo resumió con una frase que explica más que cualquier discurso:
“Nunca quisimos una propina. No quisimos salir en fotos de turistas. Queríamos construir desde adentro, como protagonistas”.
Un modelo que se replica en toda la región
Además de Olacapato, el Grupo Vacazur articula de manera permanente con comunidades de:
San Antonio de los Cobres
Tolar Grande
Salar de Pocitos
Santa Rosa de los Pastos Grandes
Campo Quijano
Generan empleo genuino, fortalecen la economía regional y garantizan que los beneficios del desarrollo minero no queden concentrados en manos ajenas.
Lo que hoy existe es un modelo de gestión comunitaria empresarial que muy pocas provincias han logrado consolidar.
El desafío que viene
GVH y Nuevo Bus representan una nueva etapa para la Puna: la etapa de empresas indígenas, formales, profesionales y con estándares internacionales, que al mismo tiempo cuidan su raíz, su identidad y su territorio.
Con más de 150 trabajadores, presencia activa en los principales proyectos mineros y un compromiso ambiental creciente, la familia Vacazur demuestra que el desarrollo sostenible no es un eslogan: es una construcción diaria que empieza donde siempre debió empezar… en la propia comunidad.



