El momento de mayor tensión de la Sesión Inicial llegó cuando Pablo Emanuel López, expulsado de La Libertad Avanza y actualmente imputado por múltiples hechos de violencia de género, tomó juramento nuevamente como concejal de la ciudad.
La escena, cargada de incomodidad y miradas esquivas, coronó un conflicto que desde julio atraviesa al Concejo Deliberante y amenaza con reabrirse con más fuerza durante las próximas semanas.
López fue denunciado por su ex pareja —también militante libertaria y electa convencional municipal— por episodios de violencia física, psicológica, económica e incluso sexual que, según consta en la causa, se habrían repetido de manera sistemática entre 2019 y 2025. La investigación, a cargo del fiscal penal de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, Esteban Martearena, incluye una imputación por lesiones leves agravadas, privación ilegítima de la libertad en dos hechos y concusión.
Los audios y testimonios que salieron a la luz en julio detonaron un escándalo interno que derivó en su expulsión de La Libertad Avanza, el rechazo a su renuncia (para dejar asentado el antecedente institucional) y su posterior destitución en agosto. Sin embargo, el fallo judicial que habilita a López a asumir nuevamente obligó al cuerpo legislativo a permitirle jurar este miércoles
La jura expuso un dilema que atraviesa al Concejo: la diferencia —cada vez más mencionada, puertas adentro— entre lo que la ley habilita y lo que la legitimidad política tolera.
Mientras López levantaba la mano para asumir el mandato, en varios bloques el gesto fue leído como una provocación, no sólo por el proceso penal en curso sino por el antecedente reciente de su expulsión del propio espacio que lo llevó a la banca.
La tensión fue visible. Entre los libertarios, que decidieron desconocer a López como parte del bloque, nadie lo acompañó ni lo saludó. Desde el interbloque oficialista, el silencio también fue elocuente.
Afuera del protocolo, la reacción más contundente llegó de parte de los propios dirigentes libertarios. El concejal Rodrigo Quinteros lo dijo sin rodeos: “La banca es de La Libertad Avanza, no de la persona. Vamos a pedir su destitución apenas asuma. Fue expulsado por hechos de gravedad”, sentenció el edil.



