Los barras de Central suspendieron el clásico
Otra vez ganó la violencia y perdió el fútbol. Dos facciones de Central Norte se cruzaron en una tribuna y ni siquiera la presencia policial pudo frenar los incidentes, por lo que quedó suspendido el clásico con Gimnasia y Tiro que marcaba el cierre del Cuadrangular de Verano. El campeón quedó en suspenso.
Apenas iban cuatro minutos de juego cuando integrantes de la Banda de Central increparon a los de la Mayor en la cabecera Norte. Los enfrentamientos se sucedieron a pesar de que ingresó Infantería a ese sector del estadio Padre Martearena. Ni la presencia policial frenó los disturbios.
Primero Diego Magno y después Federico Rodríguez y Juan Capurro pidieron tranquilidad a la gente para que se reanudara el partido. Los pedidos, lejos de ser escuchados, se extendieron por 18 minutos por lo que el árbitro Gustavo Benítez decidió suspenderlo.
De esta forma, alrededor de seis mil personas que pagaron su entrada para ver a su equipo tuvieron que quedarse con el triste y repudiable espectáculo.
En la previa, fue el presidente de Central, Héctor De Francesco quien calificó al operativo policial de "impresentable", y tras la suspensión les respondió a algunos usuarios que "ya sabía que esto era político", en una clara intención por responsabilizar a la lista opositora con la que peleará en las próximas elecciones del club.
En tanto, el secretario de Deportes Sergio Chibán, lamentó lo ocurrido y explicó que para coronar al campeón del Cuadrangular (que también jugaron Chaco For Ever y San Martín) se esperará por el informe del árbitro y el fallo del Tribunal de Disciplina ya que, si bien el certamen contaba con el apoyo del gobierno, fue organizado por la Liga Salteña.