Revelan la desconsideración que tuvo Zanchetta con el Papa Francisco
El periodista especializado en temas eclesiásticos Sergio Rubín en una nota publicada por el diario porteño Clarín señaló que Zanchetta era muy considerado por el entonces cardenal Jorge Bergoglio como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, y él se desempeñaba como secretario ejecutivo.
“Zanchetta no tuvo prurito alguno en defraudar la confianza del Papa Francisco, que lo designó”, escribió Rubín en relación a los hechos de abuso sexual por el cual el Tribunal lo consideró culpable y fue condenado a prisión efectiva.
En la nota indica que cuando en 2.017 Zanchetta renunció como diocesano de Orán argumentando problemas de salud, el Papa Francisco lo nombró en un cargo administrativo en la Santa Sede porque lo consideraba eficiente.
Pero al cobrar entidad las denuncias, inmediatamente lo apartó y ordenó el inicio de un juicio eclesiástico. Si se lo encuentra culpable, será expulsado del sacerdocio. Además, a pedido de la Justicia salteña, dispuso el envío del expediente.
Agrega que Zanchetta logró que dos destacados abogados, uno de Italia y otro de España, lo asesoraran, pero fuentes judiciales dicen que las pruebas fueron contundentes, particularmente unas fotos en las que el obispo aparecía en situaciones sexuales con seminaristas y que uno de ellos, mortificado por esta situación, las habría tomado y finalmente fueron llevadas como evidencias a la Nunciatura Apostólica, la embajada del Vaticano.
El caso de Zanchetta también es particularmente escandaloso porque los seminaristas denunciantes inicialmente no contaron con la suficiente receptividad de ciertos miembros del clero salteño. Si bien se asegura que el actual obispo de Orán, Carlos Scozzina, estuvo a la altura de las circunstancias haciéndose eco de sus testimonios, la Justicia le abrió una causa al rector de la catedral, Carlos Subelza, por encubrimiento.
Más aún: los seminaristas denunciantes aseguran haber sido presionados por algunos católicos para no hacerlo con el argumento de “no dañar a la Iglesia” que esgrimió la institución a nivel mundial hasta 2.002. Más precisamente, decía que había que “evitar el escándalo”. Con ese desafortunado criterio -que reveló The Boston Globe- trasladaba a los curas abusadores a destinos lejanos donde volvían a cometer sus fechorías.
El caso de Zanchetta -por si hacía falta- le confirma al Papa y a la Iglesia que no será fácil extirpar el flagelo de los abusos clericales. Que las medidas que se tomaron y se tomarán en el futuro son solo una parte de la respuesta. Que el cambio de mentalidad debe abarcar a todos sus miembros. Y que habrá que redoblar los esfuerzos para evitar que los depredadores sexuales entren a los seminarios.
Las reacciones de la Iglesia frente a la condena por abuso
El actual obispo de Orán, Luis Scozzina, emitió un comunicado para renovar su “solidaridad y cercanía para con las víctimas y con todos los que se sintieron afectados durante todo el proceso judicial”, y explicó que “junto al pedido de perdón a las víctimas y a los seminaristas, quiero llamar a la comunidad diocesana a una sincera reconciliación ante las heridas provocadas por los gestos y actitudes de autoritarismo y de abuso de poder”.
Por su parte, el presidente y el secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), los obispos Oscar Ojea y Alberto Bochatey, también manifestaron su “cercanía con las víctimas” y les expresaron “un fuerte y sincero pedido de perdón en nombre de toda la Iglesia”.
“Estos dolorosos acontecimientos nos renuevan en la tarea comprometida y urgente de erradicar este tipo de conductas abusivas y continuar trabajando arduamente por la implementación de las medidas que la Santa Sede ha pedido a las Diócesis de todo el mundo, en la búsqueda de la verdad y la justicia”, sostuvieron, tras lo cual pidieron consuelo para “el inmenso dolor de las víctimas y sus familias”.
En la primera jornada del juicio, Zanchetta -que estuvo acompañado por los abogados canónicos Javier Belda Iniesta y Francesco de Angelis– declaró y negó todas las acusaciones en su contra, y aseguró que tres sacerdotes le habían dicho que la denuncia en su contra se trataba de una venganza.
En tanto, las dos víctimas ratificaron sus denuncias y declaraciones formuladas durante la etapa investigativa.