En la UNSa los estudiantes ya cuentan con licencias por violencia de género
Sancionadas por el Consejo Superior en su última sesión, entraron en vigencia en la UNSa las licencias estudiantiles por violencia de género. Los alumnos pueden pedir hasta 30 días sujetos a prórroga. No se computan las faltas y se deberán reacomodar las instancias evaluadoras a las víctimas.
El proyecto había sido presentado en el 2019 por la organización "Voces", actual conducción del Centro Único de Estudiantes de Humanidades en 2019.
El Consejo Superior de la Universidad Nacional de Salta sancionó el jueves último el proyecto que viene de la mano de la conducción del Centro Único de Estudiantes de Humanidades y a través del consejero Juan Pablo Vásquez, que establece la incorporación de la “violencia de género”, como una causal válida para solicitar una licencia estudiantil.
El régimen de licencias estudiantiles fue creado en el 2011, y establece una serie de causales bajo las cuales los estudiantes pueden solicitar una licencia, que acarrea beneficios como el no cómputo de las asistencias y el acomodo de instancias evaluadoras por fuera del tiempo en el que el estudiante solicitó su licencia.
"Las licencias estudiantiles por violencia son un gran avance y reconocimiento de un derecho para las estudiantes, de no verse obligadas a afectar su vida académica ante una situación de estas características", dijo Lucia Soria, militante de Voces y candidata a consejera superior de la Universidad.
Cabe destacar que si un estudiante solicita una licencia, la solicitud es vista por el Consejo Directivo de su determinada facultad. En el caso de violencia de género, el tratamiento será llevado a cabo por las autoridades de la facultad (decano y secretarios), y será a sobre cerrado.
La estudiante que solicite la licencia por violencia de género debe presentar una denuncia policial o en la Oficina de Violencia Intra Familiar.
Se podrá solicitar hasta 30 días de licencia, y queda en potestad del decano de la unidad académica prorrogar la licencia en el caso la situación lo amerite.
"Desde fines del 2018, la Universidad empezó a ampliar las políticas en materia de género. El 2018 fue un año donde salieron a la luz muchos casos de violencia en todos sus tipos dentro del predio universitario, lo que nos llevó a las estudiantes a autoconvocarnos y exigir la sanción de un protocolo de actuación que nos proteja".
"Esto logró sancionarse, y también contemplaba la creación de equipos interdisciplinarios de género, lo cual solo se cumplió en la Facultad de Humanidades y recientemente a nivel Universidad", afirmó Soria.
Las causales que existían hasta el momento para solicitar licencia eran la maternidad, la paternidad, accidentes o intervenciones quirúrgicas, actividades académicas que impliquen viajes mientras sea organizado y en representación de la universidad, contratos de trabajo no permanentes que obliguen a radicarse en otra ciudad y el fallecimiento de un familiar, que implique un cambio socioeconómico en la realidad del estudiante.
"En un periodo de 3 años, con una pandemia al medio, los avances logrados y los derechos adquiridos son de suma importancia. Sin embargo, aún falta mucho en la universidad para incluir realmente la perspectiva de género, y como estudiantes seguiremos exigiendo y trabajando en ese sentido, sobre todo tras conocer casos que más allá del protocolo las sanciones solo pasaron por dar cursos de género al agresor, lo que no garantiza nada a las víctimas ni un 'cambio' en la persona que violentó", concluyó la militante estudiantil.