Murió condenado a perpetua y a los 93 años el genocida Miguel Etchecolatz
Miguel Osvaldo Etchecolatz, el represor que durante la última dictadura militar ordenó la tortura y muerte en 21 centros clandestinos que funcionaron en la provincia de Buenos Aires, murió este sábado a los 93 años.
Miguel Osvaldo Etchecolatz fue condenado nueve veces a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad, y su figura será recordada en la historia argentina por ser uno de los principales responsables y ejecutores del período más oscuro del país.
No obstante, no llegó a ser condenado por lo ocurrido con unas 500 víctimas por las que aún era juzgado en sendos juicios en La Plata y sin revelar el destino de la nieta apropiada Clara Anahí Mariani, a quien retiró en sus brazos tras acribillar a balazos a su madre, ni el del albañil y militante Jorge Julio López, cuyo testimonio fue clave para que Etchecolatz recibiera, por primera vez en la historia judicial argentina, una condena por genocida.
Etchecolatz, quien falleció a las 5.30 de ayer sábado en la Clínica Sarmiento de la localidad bonaerense de San Miguel, donde se encontraba internado con custodia policial, partió sin arrepentirse de sus crímenes ni pedir perdón a sus víctimas; por el contrario, siempre justificó su accionar ante los tribunales federales que lo juzgaban y cuya competencia rechazaba.
Secretos a la tumba
"Etchecolatz se lleva la verdad sobre el destino de nuestros hijos y nietos".
La asociación Abuelas de Plaza de Mayo afirmó que el represor Miguel Etchecolatz, "mantuvo el pacto de silencio hasta el último día" y murió sin decir "la verdad sobre el destino" de tantos desaparecidos durante la dictadura militar.
"Condenado por centenares de crímenes de lesa humanidad, a los 93 años, murió el genocida #Etchecolatz que hasta el último día mantuvo el pacto de silencio. Se lleva la verdad sobre el destino de nuestros hijos y nietos, pero logramos justicia y memoria para sostener el #NuncaMas", afirmó en su cuenta de Twitter el organismo que encabeza Estela de Carlotto.
La referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Taty Almeida, sostuvo que el represor Miguel Osvaldo Etchecolatz falleció "sin arrepentirse de todos los crímenes que cometió y sin decir nada sobre Julio López" y consideró que "jamás va a descansar en paz".
"Efectivamente se ha ido sin arrepentirse de todos los crímenes que cometió y sin decir nada sobre Julio López. Fue, es y será un ser despreciable, estoy segura de que jamás va a descansar en paz", afirmó Almeida en declaraciones para C5N.
Su nombre quedó asociado con la desaparición de Jorge Julio López, en plena democracia, luego que la declaración judicial del albañil como testigo fuera determinante en una causa en contra del ex policía, y por la cual fue condenado a reclusión perpetua.
Para la referente de Madres de Plaza de Mayo es "insólito" que los genocidas condenados "se están muriendo y jamás hablan ni se arrepienten".
"Más de uno dijo que lo volvería a hacer, se están muriendo y nosotras también, nos estamos muriendo sin tener la satisfacción de que digan qué hicieron con nuestros hijos", añadió.
Por estos motivos, Almeida consideró que tanto Etchecolatz como el resto de los represores, "jamás van a descansar en paz".