Después de 70 años, asume la presidencia en Colombia el primer gobierno de izquierda
Gustavo Petro asumirá hoy la presidencia de Colombia en la que será la primera propuesta de izquierda que busca poner fin a siete décadas de gobiernos conservadores.
El desafío es consolidar mayorías para avanzar hacia la pacificación del país, lograr revertir la desigualdad y responder a las expectativas de cambio que le demandaron más de 11 millones de votantes. La ceremonia será en Bogotá a la que asistirán mandatarios de todo el mundo, entre ellos el presidente de Argentina, Alberto Fernández.
Gustavo Petro, economista y ex alcalde de Bogotá de 62 años se consagró como el próximo ocupante de la Casa de Nariño (sede del Gobierno colombiano) hasta 2026 luego de su victoria en el balotaje del pasado 19 de junio, en el que su coalición Pacto Histórico se impuso con el 50,47% de los votos de los votos sobre el político y empresario liberal Rodolfo Hernández.
A Petro le tocará suceder al gobierno del saliente presidente Iván Duque (con casi 70% de desaprobación), que estuvo signado por su incumplimiento de los Acuerdos de Paz de 2016, el fracaso de su reforma impositiva y las críticas a su gestión enmarcadas en el llamado Paro Nacional nacido en 2019 y que se extendió con sucesivas protestas hasta 2021, y en las que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) constató el uso desproporcionado de la fuerza, desapariciones, entre otros delitos.
Los déficits en torno al cumplimiento y ampliación de los Acuerdos de Paz serán uno de los principales retos del próximo ocupante de la Casa Nariño, en un país en el que según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) hay 6 conflictos armados aún vigentes.
El gobierno entrante, así como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), ya manifestaron su voluntad a dialogar camino a lograr la "paz total". Especialistas advierten de los peligros que implica modificar el estatus quo en un país en el que las resistencias suelen ser violentas.
Márquez consolidó el triunfo de Petro
La campaña del Pacto Histórico, una alianza con diversos partidos de izquierda, estuvo apuntalada luego de la primera vuelta por la figura de la vicepresidenta Francia Márquez, la líder ambientalista que había sido rival de Petro en las primarias de marzo, pero con la que cerró filas en un armado histórico de cara a las presidenciales.
Frente a la incertidumbre que generaba su figura para el establishment y al escenario post primera vuelta, en la que Hernández había quedado casi 13 puntos por debajo, pero se temía que alineara a los conservadores detrás suyo en el balotaje.
El Gran Acuerdo
Petro convocó a un Gran Acuerdo Nacional con partidos de centro, entre ellos el Liberal.
Los acuerdos que trazó luego de su victoria se tradujeron en designaciones en su gabinete, así como en la conformación de mayorías en el Congreso en base a una serie de reformas.