Un policía salteño fue detenido con cajas de municiones en la frontera con Bolivia
Por el caso, la jefatura policial ejerció un estricto hermetismo, sin embargo, en el norte provincial crecen los rumores que vinculan al suboficial detenido con un alto jefe y con el tráfico de municiones de grueso calibre hacia Bolivia, las que irían a manos de grupos narcos que operan del otro lado de la frontera.
De acuerdo a los trascendidos, el 22 de julio pasado, el procedimiento de captura del policía fue realizado por una patrulla de la Sección Núcleo del Escuadrón 61 de Gendarmería Nacional, la que sorprendió al policía salteño en Salvador Mazza.
Los uniformados, según el parte de novedades, procedieron a la detención del cabo de la Policía de la Provincia J.J.L.P., quien cargaba una mochila en la zona de frontera, específicamente en el paso clandestino conocido como "Bajada de la guardería", el que conduce a territorio boliviano.
Allí, los gendarmes activaron las alarmas al ver a un supuesto bagayero que llevaba una mochila hasta el tope, por lo que decidieron interceptarlo. Al hacerlo, vieron que el bagayero no era uno más de los que suelen ir y venir por esa zona, ya que, en este caso, el pasante estaba armado.
El arma tampoco era común, sino una pistola reglamentaria, lo que llamó mucho la atención de los uniformados, quienes abrieron aún más los ojos cuando vieron que dentro de la mochila había dos cajas de municiones de alto calibre.
Por lo informado desde esa fuerza, las cajas contenían dos mil municiones calibre 9 mm Parabellum, marca "Magtech". Al identificar al portador, los uniformados se dieron con que era un colega, no de su fuerza, sino de la policía provincial, lo que preocupó aún más al personal de Gendarmería.
Dado el hallazgo y la talla del bagayero, los gendarmes dieron intervención del hecho a las autoridades aduaneras y de la justicia, sin que hasta el momento se conozcan las medidas que se tomaron en torno a este hecho, considerado inusual por la mercancía de tráfico, quién era el autor y hacia dónde iba.
La detención no quedó ahí, pues se pudo saber que el suboficial detenido sería un subalterno allegado a un alto jefe de la policía local, quien dirige una importante división que lucha contra el narcotráfico y habría intervenido para que el cabo sea liberado.
Además, sospechan que impuso un estricto silencio en torno a lo sucedido, lo que también fue compartido por la jefatura policial, pues nada se dijo del arresto del suboficial. Al respecto, surgieron muchas hipótesis relacionadas a este suceso.
La más fuerte de ellas, tiene al cabo detenido como un mandadero del jefe policial que le presta respaldo, el que sí podría estar vinculado a una actividad de tráfico de municiones de grueso calibre, destinadas a abastecer a un cartel de drogas del vecino país.
Esta actividad, además de ser bastante redituable, generó gran preocupación en las otras fuerzas de seguridad que patrullan la frontera, pues en muchas ocasiones quedan expuestos a enfrentamientos armados con narcotraficantes en una zona muy caliente.
A ello se suman las sospechas respecto al origen de las municiones, entre las cuales no se descarta que se trate de material proveniente de la misma fuerza policial, lo que se ve alimentado en vista del jefe policial que estaría implicado, quien al conocer de la detención del cabo de su área, se mostró bastante nervioso.