En setiembre, el tiempo del Milagro sigue vigente: se casó el “Chino” Miguel Balduzzi
En el día de ayer, y cuando aún están vívidos los recuerdos de jornadas pasadas donde se conmemoró un año más de lo que significa el Milagro para los salteños, la fiesta continúa. Si, continúa y es que se casó el “Chino” Balduzzi.
La ceremonia civil y religiosa se llevó a cabo en la recepción del edificio Javier, en el complejo del Nuevo Diario el mediodía de ayer y la fiesta, en el cuarto piso, en el salón de fiestas Héctor Soraire.
Allí, Evangelina Sajama y Miguel Angel Balduzzi dijeron el Sí quiero, segunda vez para Miguel. Y es así, porque desde hace tiempo que viven y prodigan un amor que es un espejo en el que deberían mirarse muchos.
La historia de Miguel y Angelina es bastante particular dado que, si bien compartían tiempo juntos, la idea del casamiento rondaba por sus mentes y corazones desde hace tiempo, pero…, sí, había un pero.
Para quienes no conocen al “Chino” Balduzzi cabe aclarar que él estuvo casado en primeras nupcias con Mabel, siendo padres de cuatro hijos, uno de ellos del corazón. Como sucede en muchas parejas el matrimonio duró –como se dice en el sacramento cristiano- hasta que la muerte los separe.
Mucho antes de esta tragedia, Miguel y Mabel se separaron de hecho y en ese tiempo Miguel conoció a Angelina. Con posterioridad, y ante el conocimiento de que Mabel padecía una enfermedad incurable y terminal, Miguel tuvo la valentía y la hombría de bien que distingue a los grandes hombres, de acompañar a la madre de sus hijos hasta el final, quizás postergando su propia felicidad y cumpliendo de esa forma con el sacramento de su “primera” vez. Por su parte Angelina, docente de profesión, tuvo la comprensión y templanza que requerían esos momentos y simplemente acompañó a Miguel hasta la partida de Mabel, hace casi dos años ya.
Para muchos jóvenes la unión de estas dos personas quizás puede significar poco o muy poco, ya que para ellos el amor parecería estar destinado sólo al segmento “joven”. Sin embargo, Miguel con más de 65 y Angelina más de 50 decidieron que este era el momento de plasmar “su” amor, un amor que vive y siente también la gente madura.
Simplemente por esta causa lo que se vivió en esas instalaciones fue motivo suficiente para que las casi 120 personas fueran testigos, fueran cómplices de la unión de dos personas, de dos voluntades –se podría decir mayores- lo que dio motivo a desnudar muchas emociones.
Porqué? Porque es verdad que a esa edad el amor se manifiesta de otra manera; de una manera –quizás- no tan apasionada, con un grado de pureza propio del amor, donde la comprensión, la compañía son las nuevas formas para decir un “te amo”; la forma explosiva, la del sex-apeall, la de la atracción física, mayormente se da en matrimonios jóvenes, por eso quizás las lágrimas de Miguel que resaltaron aún más ese sentimiento que parecería ser privativo para los jóvenes de más de 60, sacara a relucir la emoción de los presentes.
Lo que siguió se sintetizaría en la fiesta que tuvo invitados de Misiones, Marcelo y Silvia, y que se compartió con un servicio de catering que dejó satisfechos a los invitados, en un ambiente cordial, de alegría, de celebrar la vida con todo lo que ella depara y generara –en esta ocasión- un hermoso recuerdo, otro sentimiento que es invalorable porque es lo único que realmente es de quien lo vive.
En fin, una hermosa jornada en un día esplendoroso nos certificó que la vida siempre da revancha; el amor también.
NAG