Fate responsabiliza al Partido Obrero por la huelga que paraliza la producción de neumáticos
Javier Madanes Quintanilla, dueño de Fate, empresa productora de neumáticos aseguró que el conflicto responde a un interés político y no salarial. Si el sindicato hubiera aceptado la oferta de los empresarios del sector, hoy los operarios estarían percibiendo un ingreso de $400 mil por mes.
Javier Madanes Quintanilla, dueño y CEO de Fate, una de las principales compañías de neumáticos del país, aseguró que detrás del conflicto gremial que mantiene paralizadas las plantas del sector hay intereses políticos y responsabilizó directamente al Partido Obrero.
“Yo no puedo pensar que en la situación general de país, con los problemas de ocupación que hay, esto sea un problema salarial exclusivo. Hay otras razones que tienen que ver con factores de poder, de ver cómo se instalan dentro del sistema sindical y dentro del sitema político. El precio de todo esto lo paga el trabajador y el consumidor”, desarrolló.
Según informó el empresario, si el sindicato del neumático (Sutna) hubiera aceptado las propuetas que se realizaron en los últimos cinco meses, hoy un operario estaría percibiendo una remuneración mensual de $400 mil bruto, más del doble del salario vigente.
“Esta quincena va a ser mucho peor para ellos porque casi no trabajaron porque están todas las plantas paralizadas”, informó en diálogo con Jorge Lanata en radio Mitre.
Efectivamente, quien se encuentra al frente de este reclamo es el gremialista Alejandro Crespo, integrante del Partido Obrero. A los 29 años el sindicalista comenzó a trabajar en Fate y desde entonces invierte sus horas laborales en asambleas, plenarios y congresos partidarios en donde se utilizan textos como el Manifiesto Comunista de Karl Marx y La Revolución Permanente de León Trotsky. Afiliado al PO, Crespo es cercano a dirigentes como Néstor Pitrola, Romina Del Pla, Eduardo Belliboni y el Pollo Sobrero.
Para graficar por qué el conflicto trasciende los límites de la discusión gremial, Madanes Quintanilla recordó que al frente de una de las protestas realizadas en la Panamericana hubo dos diputados nacionales de la izquierda (Nicolás Del Caño y Alejandro Vilca).
“Si lo que están planteando es una ideología política de cómo tiene que funcionar el sistema institucional y el sistema económico, entonces que presenten un proyecto de expropiación, de confiscalción, en el Congreso y ahí nosotros damos un paso al costado y se opera de otra forma, pero no con un corte en la Panamericana encabezado por dos diputados nacionales”, insistió el ejecutivo.
Madanes Quintanilla no descartó que el conflicto termine escalando hasta tal punto que las empresas involucradas terminen cerrando definitvamente sus operaciones en la Argentina. Hay que tener en cuenta que hay distintos escenarios.
El caso de FATE, una empresa nacional que se construyó de generación en generación, es distinto a los de Bridgestone y Pirelli, multinacionales que analizan la situación argentina como parte de una operación global.
“Mi abuelo ha comenzado con el ciclo de negocios siendo vendedor ambulante y quizás tenemos diferente paciencia para encarar estos hechos, pero no puedo pedirle a todo el mundo que tenga infinita paciencia; no sé qué van a hacer los demás”, puntualizó.
Por la huelga impulsada por el Partido Obrero, las tres compañías del rubro (Fate, Bridgestone y Pirelli) se encuentran paralizadas.
Este lunes, los representantes de las tres empresas volverán a verse las caras con referentes del Sutna, encabezado por su secretario general Crespo, en la audiencia N° 34 desde abril pasado, cuando comenzó el conflicto.
Los continuos paros y bloqueos sindicales ocasionaron una pérdida de producción de al menos 1,3 millones de neumáticos, escasez, encarecimiento y contrabando de neumáticos desde países vecinos, aumento de las importaciones -al punto que el Ministerio de Economía inició una causa por “abuso de cautelares” en compras al exterior-, problemas de provisión de autopartistas y automotrices, que evalúan suspensiones por problemas para terminar sus productos, y pérdida de ingresos para los cerca de 5.000 trabajadores del sector que, debido a la reducción de turnos y horas de trabajo, dejaron de percibir sus salarios normales.