Lionel Andrés Messi Cuccittini y la pesada tarea de ser simplemente “Messi”

En un país como Argentina, tan disímil como maravilloso y de neto corte futbolista entre otras pasiones, desde hace días ya se siente, se respira, se palpita y ya vive el Mundial de Fútbol, como en el resto del planeta.

Este año la fiesta máxima del fútbol mundial se da cita con 32 equipos participantes en Qatar, cuyo nombre oficial es Estado de Qatar, un Estado soberano árabe ubicado en el oeste de Asia y que ocupa la pequeña península de Qatar en el este de la península arábiga, que desde el domingo 20 de noviembre y hasta el domingo 18 de diciembre juega el Mundial de Fútbol Qatar 2022. Ese día, domingo 18 de diciembre a las 12 –hora argentina- en el estadio Lusail de Doha, se jugará la final que podrá ser presenciada por unas 80 mil personas, capacidad con la que cuenta el recinto construido especialmente para el evento.

Este año será la justa deportiva número 22 de mundiales de fútbol, de la que Argentina participó en 18 ocasiones –incluida esta- quedando sin participar en los mundiales de 1938, 1950, 1954 y 1970. 

Demás está decir que en esta oportunidad llega con un equipo que se fue consolidando en sus actuaciones y que su entrenador, Lionel Sebastián Scaloni, con sus 44 años se fue ganando la confianza de los amantes del fútbol argentino que depositan su fe en lograr el preciado primer puesto.

Por supuesto que en el plantel argentino se destaca una figura que de por sí tiene toda la magia del fútbol y es en él que todas las miradas convergen cuando se presenta el seleccionado albiceleste.

Sí, se trata de Lionel Andrés Messi Cuccittini, y que con sus 35 años este podría ser su último mundial.

Quizás todos sepan -por lo menos los más futboleros- que Messi nació en Rosario el 24 de junio de 1987, que es un jugador histórico del Fútbol Club Barcelona, al que estuvo ligado veinte años, y que desde 2021 integra el plantel del Paris Saint German de la Ligue 1 de Francia.

Considerado con frecuencia el mejor jugador del mundo y uno de los mejores de todos los tiempos, es el único futbolista en la historia que ha ganado, entre otras distinciones, siete veces el Balón de Oro, seis premios de la FIFA al mejor jugador del mundo y seis Botas de Oro. En 2020, se convirtió en el primer futbolista y el primer argentino en recibir un premio Laureus, además de ser incluido en el Dream Team del Balón de Oro.

Con el Barcelona ha ganado 35 títulos, entre ellos, diez de La Liga, cuatro de la Liga de Campeones de la UEFA y siete de la Copa del Rey.

Goleador prolífico, ostenta, entre otros, los récords por más goles en una temporada​ en un mismo club y en un año calendario: en 2012, superó la marca de Gerd Muller e ingresó en el Guinness Woeld Records. Es, además, el máximo goleador histórico del Barcelona y de la Selección Argentina, de La Liga, la Supercopa de España, la Supercopa de Europa y el jugador no europeo con más goles en la Liga de Campeones de la UEFA.

Nacido y criado en la ciudad de Rosario, a los 13 años se radicó en España, donde el Barcelona accedió a pagar el tratamiento de la enfermedad hormonal que le habían diagnosticado de niño. Después de una rápida progresión a través de la Academia Juvenil del Barcelona, hizo su debut oficial con el primer equipo en octubre de 2004, a los diecisiete años. A pesar de ser propenso a lesiones en los inicios de su carrera, ya en 2006 se estableció como jugador fundamental para el club. Su primera campaña ininterrumpida fue la temporada 2008-2009, en la que el Barcelona alcanzó el primer triplete del fútbol español.

En 2009, a los veintidós años, ganó su primer Balón de Oro y el premio al Jugador del Mundial de la FIFA del año 2010. Siguieron tres temporadas exitosas, en las que ganó cuatro Balones de Oro de forma consecutiva, hecho que no tenía precedentes. Hasta el momento, su mejor campaña personal es la temporada 2011-2012, en la que estableció el récord de más goles en una temporada, tanto en La Liga como en otras competiciones europeas.

Durante las dos siguientes temporadas, también sufrió lesiones y, en 2014, perdió el Balón de Oro frente a Cristiano Ronaldo, a quien se considera su rival. Recuperó su mejor forma durante la campaña 2014-2015, en la que superó los registros de máximo goleador absoluto en La Liga y la Liga de Campeones y logró con el Barcelona un histórico segundo triplete, además de ganar su quinto Balón de Oro. Volvería a ganarlo por sexta y séptima vez en 2019 y 2021.

Como internacional argentino, Messi ha representado a nuestro país en diez torneos mayores. A nivel juvenil, ganó junto con la Selección Sub 20 la Copa Mundial de Fútbol sub 20 de 2005, torneo en el que finalizó como mejor jugador y máximo goleador, y una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 2008, con la sub 23. Por su estilo de juego de pequeño driblador zurdo,​ se lo comparó con su compatriota Diego Maradona quien, en 2007, declaró al adolescente su “sucesor”. Después de debutar en la selección mayor en agosto de 2005, en el Mundial de Alemania 2006 se convirtió en el argentino más joven en jugar y en marcar en un mundial. Al año siguiente, en la Copa América, fue nombrado mejor jugador joven del torneo. Como capitán desde agosto de 2011, llegó con su equipo a las finales del Mundial de Brasil 2014, de la Copa América (certámenes en los que fue elegido mejor jugador del torneo) y de la Copa América Centenario, además de ganar la Copa América 2021 ante Brasil en el Maracaná y la “Finalissima” ante Italia en Wembley en 2022.

En síntesis, como jugador de fútbol consiguió todo lo que un deportista sueña y anhela; sólo le resta lograr ser campeón del mundo con su selección, quizás esta pueda ser la oportunidad, su última oportunidad.

Ahora, desde el punto de vista emocional ¿qué sabemos del hombre, como persona? ¿sabrá ese hombre todo lo que carga sobre sus hombros?

Estas preguntas surgen merced a que es el único argentino –que sin ser político- sanjó la grieta que divide a un país, ya que todos estamos esperanzados que su magia será el bálsamo para atemperar nuestras angustias. También es lógico que exista esa grieta dado que –como buen latino- los argentinos somos pasionales y como tales defendemos nuestra ideología de la manera que podemos, con un absolutismo de creer que cada facción tiene razón. Y es así porque como dice un dicho “nada es verdad, nada es mentira; todo depende del cristal con que se mire”.

En tanto el hombre, casado con Antonela Roccuzzo son padres de Thiago, Mateo y Ciro, de perfil bajo a pesar de ser quien es. En el marco de su deslumbrante carrera como deportista es una persona que ha consolidado una hermosa familia y no se le conocen noticias o escándalos que atenten contra su vida fuera de las canchas; se diría un hombre admirable y fiel a sus convicciones familiares y conyugales.

Por otro lado, desde lo futbolístico detrás del cristal con que se mire, se encolumnan mágicamente todas las miradas argentinas que, aunque sea por 29 días dejaremos de lado todas nuestras “diferencias”, todas las injusticias que se viven a diario, todas las incoherencias de nuestras autoridades, todos los sinsabores que nos genera ver a nuestros hermanos pasar hambre en un país generosamente rico y políticamente mal administrado, dejaremos de lado la preocupación que nos genera la incertidumbre de una inflación galopante que ayuda al “sálvese quien pueda y como pueda”.

Sí; por 29 días, los millones de argentinos estaremos unidos como una hermosa y envidiable familia, unidos detrás de ese equipo y principalmente de “ese” argentino, ese que posee la magia de lograr en 29 días sacarnos una alegría que nos llene de felicidad, generarnos la esperanza –palabra cada vez más dolorosa y lejana-, pero también concientizarnos, de que ese hombre, Messi, no tiene la culpa de nuestras frustraciones, del desencanto generalizado que tiene nuestro país por lo que nos toca vivir a cada uno desde nuestro lugar, en nuestra Argentina, para muchos el país más loco y no es para menos.

Hoy por hoy, ser simplemente Messi –para Messi- puede ser un orgullo o puede ser la más pesada tarea que le toque cumplir hasta ahora.

Porque le guste o no, desde hoy es el dueño de nuestra esperanza.

NAG

 

 

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