Condenan a seis miembros de una familia por venta de droga en la vereda de su casa
En un juicio abreviado llevado a cabo en la Sala VII, tres hombres y tres mujeres resultaron condenados por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización.
Ricardo Guillermo Brito (50) recibió una pena de seis años de prisión efectiva y multa como autor del delito. El imputado fue declarado reincidente por segunda vez. El juez Francisco Mascarello ordenó que el condenado sea trasladado a la Unidad Carcelaria 1.
Ariel Eduardo Gutiérrez (34) fue condenado a cuatro años de prisión efectiva y multa por resultar autor del delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. Fue declarado reincidente por cuarta vez y se ordenó su traslado a la cárcel penitenciaria local.
Por el mismo delito, Liliana Leticia Brito (46), en tanto, resultó condenada a cuatro años de prisión efectiva y multa. El juez ordenó su traslado a la Unidad Carcelaria 4.
Por otro lado, Daniela María Barrionuevo (37) fue condenada a tres años de prisión condicional y multa como partícipe secundaria de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. Finalmente, a Gonzalo Aarón Gutiérrez (23) y a Vanina Lucía Brito (25) el juez les impuso una pena de dos años y ocho meses de prisión condicional y multa, también como partícipes secundarios del delito.
El magistrado ordenó la libertad de los tres últimos acusados por la modalidad de la condena dictada y les fijó reglas de conducta que deberán cumplir durante tres años: fijar domicilio y someterse al cuidado del Programa de inserción social y supervisión de presos y liberados.
La investigación se inició a partir de una denuncia anónima registrada en la página web del Ministerio Público Fiscal. En ella se indicaba que la familia Brito, domiciliada en barrio Jaime Dávalos, se dedicaba a la comercialización de sustancias estupefacientes. Los vecinos indicaron que Guillermo Brito y su pareja, Daniela Barrionuevo, se sentaban en la vereda del domicilio a vender la droga. Sus sobrinos Belén Brito y Aarón Gutiérrez hacían lo mismo en una casa ubicada en el mismo barrio.