Recomiendan coordinar pautas de higiene para prevenir la salmonelosis
La inocuidad de los alimentos es el conjunto de condiciones y medidas necesarias durante la producción, almacenamiento, distribución y preparación que aseguran que, una vez ingeridos, no representen un riesgo para la salud.
Si una comida no es segura, existe el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por los alimentos (ETA), que son generalmente de carácter infeccioso o tóxico y son causadas por bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas que penetran en el organismo a través del agua o los alimentos contaminados.
Los patógenos de transmisión alimentaria pueden causar diarrea grave o infecciones debilitantes, como la meningitis, generando además mal nutrición que compromete el estado nutricional de los más vulnerables, entre los que se encuentran lactantes, niños y niñas, embarazadas, adultos mayores y personas inmunosuprimidas.
Para prevenir las ETA, como la salmonelosis o la listeria, es importante consumir alimentos inocuos, es decir, seguros, ya que sólo éstos satisfacen las necesidades alimentarias y contribuyen a que las personas tengan una vida activa y saludable. No existe seguridad alimentaria sin inocuidad de los alimentos.
Cinco claves para la inocuidad de los alimentos
Mantener la limpieza: Lavar las manos antes y durante la preparación de alimentos y después de ir al baño. También, lavar y desinfectar todas las superficies y equipos usados en la preparación de alimentos. Proteger los alimentos de insectos u otros animales.
Usar agua y materias primas seguras: Usar agua tratada para que sea segura. Seleccionar alimentos seguros y frescos. Lavar las frutas y hortalizas, especialmente si se comen crudas. Para su inocuidad, elegir alimentos ya procesados, tales como leche pasteurizada.
Separar alimentos crudos y cocinados: Usar equipos y utensilios diferentes, como cuchillos o tablas de cortar, para manipular carne, pollo, pescado y otros alimentos crudos. Conserve los alimentos crudos y cocidos en recipientes separados.
Cocinar completamente: Cocinar completamente los alimentos, especialmente carne, pollo, huevos y pescado. Hervir los alimentos como sopas y guisos para asegurar que alcanzan los 70 grados Celsius. Recalentar completamente la comida cocinada.
Mantener los alimentos a temperaturas seguras: No dejar alimentos cocidos a temperatura ambiente por más de 2 horas. Refrigerar los alimentos cocinados y los perecibles. Mantener la comida caliente, encima de los 60 grados Celsius. No descongelar los alimentos a temperatura ambiente.
El Ministerio de Salud Pública recuerda que, a través de la Dirección General de Coordinación Epidemiológica, la Provincia garantiza la inocuidad de los alimentos y productos alimenticios que consume la población en todo su territorio, para lo cual se aplican las normas establecidas en el Código Alimentario Argentino y ley provincial 6862.
Alimentación no segura
Desde el programa de Bromatología se insta a consumir alimentos en locales y puestos que cuenten con la habilitación, ya que la mayoría de los alimentos elaborados en la calle favorecen al desarrollo de ETA, dado que carecen de agua segura para lavado de manos; agua potable para lavar los alimentos; separación entre alimento crudo y cocido.
Plan de vacunación
El Ministerio de Salud Pública informa que, el lunes 11 de diciembre, concluirá la Campaña Nacional de Vacunación contra sarampión, rubéola, paperas y poliomielitis. Es por esto que se insta a que padres o personas a cargo de niños de entre 13 meses y 4 años de edad, asistan a hospitales, centros de salud y puestos móviles de vacunación para inmunizarlos. Las dosis se aplican independientemente de que a los niños ya se les haya suministrado las vacunas Triple Viral (contra sarampión, paperas y rubéola) y contra poliomielitis, con anterioridad a esta estrategia iniciada en octubre de 2022. Se busca de que los niños no cursen las formas graves que puedan desarrollar estas enfermedades virales, en caso de contraerlas:
El sarampión, en algunos casos provoca neumonía, convulsiones, meningoencefalitis o ceguera en menores de 5 años. Es mortal en 1 de cada 1000 niños sin vacunar. La rubéola puede causar fiebre, náuseas, erupciones transitorias. Defectos cardíacos, discapacidades intelectuales y daños en el hígado o el bazo. La paperas o parotiditis, en su forma más grave puede provocar meningitis y esterilidad. La poliomielitis genera dificultad respiratoria, parálisis permanente y puede ocasionar la muerte.