Testimonio complica al acusado del crimen de Jésica Maribel Soliz
En la Sala VI del Tribunal de Juicio se desarrolló la segunda jornada de la audiencia de debate seguida contra Ezequiel Lucas Domínguez (32) por homicidio agravado por la relación de pareja previa y por mediar violencia de género en perjuicio de Jésica Maribel Soliz.
En la causa también está imputada Rocío del Milagro Farfán (27) como partícipe secundaria del delito.
El juicio está en la etapa de la recepción de pruebas testimoniales. Ayer declararon peritos del CIF y vecinas de la víctima.
Una de las testigos que estuvo en el lugar del hecho dijo que ese día (20 de mayo de 2.021), cerca de las 14, fue al negocio de su amiga Jésica Maribel Soliz a comprar milanesas de pollo. Al llegar vio a la damnificada afuera, conversando con otra vecina. Le dijo que ya no le quedaban milanesas pero se ofreció a prepararle algunas.
Entraron ambas al local. Ella se quedó frente al mostrador y Jésica se dirigió a la cocina que estaba detrás de unos estantes divisorios. Comenzó a preparar milanesas mientras conversaban. La testigo señaló que Rocío Farfán estaba con su bebé, sentada en una silla, y que Ezequiel Lucas Domínguez también estaba en la cocina. Ella alcanzaba a verlo a él pero no a su amiga.
Manifestó que mientras Jésica charlaba con ella, el imputado comenzó a reclamarle por los papeles de la casa. Le decía que por qué se los había entregado a su mamá si él también era dueño del inmueble. Su amiga le pidió que se fuera. Le dijo: “Andate Ezequiel, porque yo ya llamé a la policía”. Y le pidió a Rocío que se lo llevara, pero la coimputada no reaccionó.
En su primera declaración, en fiscalía, la testigo había precisado que durante esa discusión Jésica le manifestó a su expareja: “Vos ya hiciste tu vida, nosotros tenemos un hijo en común y nada más”. En esa exposición también había mencionado que Jésica habló de una amenaza que Domínguez le había hecho. Al describir la escena la testigo señaló que mientras ellos dos discutían, Rocío Farfán continuaba sentada en la silla, los escuchaba y se reía. Dijo que el hijo de Domínguez y Soliz estaba en el lugar, muy cerca de Rocío. “En la bandeja de las milanesas había un cuchillo con sangre. Jésica estaba en el piso. Tenía una herida en el cuello, salía mucha sangre. Le puse un trapo y le grité a Ezequiel que me ayude. Él volvió, se sacó la remera y se la puso en el cuello”, relató.
“Tía, ayudala a mi mama”
La testigo afirmó que de pronto vio que el imputado levantaba el brazo y escuchó un golpe. “Pensé que le había dado una piña a mi amiga”, expresó.
El hijito de la pareja gritó: “Tía, ayudala a mi mamá” y ella entró en el preciso momento en que Domínguez salía de la cocina. “Le di dos golpes en la espalda y él me agarró del cuello y me dijo `vos no te metás´”, contó.
Mientras tanto –agregó- el hijo de la pareja estaba ahí, presenciando todo. Dijo que el menor pedía que lleven a su mamá al hospital y que se desvaneció.
Sobre Farfán recordó que seguía sentada y decía que “le habían cagado la vida”.
La testigo continuó narrando que Domínguez levantó a Jésica y la llevó afuera de la casa. Ella gritó pidiendo ayuda y llamó a la policía con el celular de la víctima. Dijo que lo tenía en la cintura y que lo usó también para llamar a los familiares de su amiga.