Salta

Afirman que “estar en la Alcaidía es un martirio y una tortura permanente”

El abogado penalista Roberto Reyes describió en duros términos la situación que atraviesan los internos en la Alcaidía General de Salta, a raíz de la sobrepoblación y el deterioro estructural del sistema penitenciario.

“Estar en la Alcaidía hoy es una tortura y un martirio permanente”, afirmó durante su participación en el programa Las Barbas en Remojo.

Según explicó, la crisis “viene de hace mucho tiempo” y responde a “un conjunto de factores de extrema gravedad que se fueron acumulando hasta provocar una verdadera explosión”.

Reyes detalló que la superpoblación “no significa solamente falta de espacio, sino que muchos detenidos duermen en el piso, sin catres disponibles, con condiciones sanitarias indignas”.

“Hay personas mayores o con enfermedades como la diabetes que no pueden acceder a un baño. Terminan orinando o defecando en la misma celda. Es una situación que debe ser entendida desde la humanidad, no desde el castigo”, sostuvo el penalista, quien lamentó que “como sociedad se haya perdido la empatía y se mire hacia otro lado”.

“Una realidad espantosa que todos ignoran”

Roberto Reyes comparó el estado actual del sistema penitenciario con una “olla de presión” a punto de estallar. Señaló que “los internos conviven con olores nauseabundos, humo de cigarrillo y el hastío de una vida sin actividad”, lo que lleva a muchos a recurrir a pastillas o drogas “para dormir y escapar de la pesadilla de estar despiertos mirando el techo”.

El abogado reveló, además, que recientemente “la Alcaidía estuvo atravesada por una epidemia de sarna que afectó a casi todos los internos”, lo que consideró “una muestra clara del abandono estatal y la deshumanización”.

Abuso de la prisión preventiva

Otro de los ejes de su intervención fue el uso excesivo de la prisión preventiva por parte del Ministerio Público Fiscal.

“Este instituto se ha desnaturalizado. Es una medida extrema que solo debe aplicarse cuando se agotan todas las demás posibilidades procesales, pero hoy se usa como regla general. Eso es absolutamente inconstitucional”, denunció Reyes.

A su juicio, esta práctica “sobredimensiona la cantidad de personas detenidas y agrava el colapso penitenciario”. Explicó que el Código Procesal contempla doce medidas alternativas a la detención, y que la prisión preventiva debe ser la “última ratio”, pero “hoy se aplica como primera respuesta”.

“Muchos se declaran culpables para salir”

El penalista también advirtió sobre una consecuencia grave de este sistema: “Muchos detenidos aceptan un juicio abreviado y se declaran culpables de delitos que no cometieron solo para salir de la Alcaidía”.

Según Reyes, los fiscales “utilizan la prisión preventiva como una forma de presión psicológica”.

Los procesos pueden demorar “ocho, nueve o diez meses” antes de llegar a una audiencia, por lo que “el acusado, agotado por el encierro, prefiere aceptar una condena para recuperar la libertad”.

“Eso deja antecedentes que los persiguen de por vida. Si reinciden en los próximos cinco años, vuelven a prisión y las penas se acumulan. Así se destruyen vidas, sin haber tenido una defensa efectiva ni una condena justa”, sentenció.

“Cualquiera puede terminar preso”

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