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Brasil desafía a Meta: Lula exige respuestas tras la eliminación de la verificación de datos

El gobierno brasileño, encabezado por Luiz Inácio Lula da Silva, dio un plazo de 72 horas a Meta, propiedad de Mark Zuckerberg, para explicar la reciente eliminación de su programa de verificación de información en redes sociales como Facebook, Instagram y WhatsApp.

Esta decisión, anunciada por Zuckerberg, delega en los usuarios la tarea de corregir información falsa mediante comentarios, similar a la función implementada en la plataforma X (antes Twitter).

Medidas en marcha y preocupaciones electorales

La Procuraduría General de la Unión (AGU), liderada por Jorge Messias, convocó una reunión de emergencia para abordar el impacto de esta decisión en temas sensibles como violencia de género, racismo, homofobia y desinformación. Lula advirtió que, de no recibir respuestas satisfactorias, se tomarán medidas judiciales contra Meta. Además, el gobierno formará un grupo de trabajo para avanzar en la regulación de las grandes tecnológicas, priorizando proyectos de ley sobre tributación, competencia y control de inteligencia artificial (IA), algunos ya aprobados en el Senado.

La preocupación central radica en el impacto de la eliminación del programa de verificación en las elecciones presidenciales de 2026. Actualmente, el Tribunal Superior Electoral (TSE) controla la desinformación mediante estrictas normativas. Sin embargo, el próximo año, el TSE será presidido por Nunes Marques, nombrado por el expresidente Jair Bolsonaro, lo que podría modificar su enfoque hacia estas prácticas.

El enfrentamiento de Lula con Meta y las big tech

Lula criticó duramente la decisión de Meta, calificándola de “grave amenaza a la soberanía digital”. Afirmó que la responsabilidad en el ámbito digital debe equipararse a la de los medios tradicionales. Por su parte, el vicepresidente Geraldo Alckmin subrayó la necesidad de regular plataformas globales para evitar la propagación de desinformación y discurso de odio.

La respuesta de Zuckerberg también fue polémica. El CEO acusó a algunos países latinoamericanos de emplear “tribunales secretos” para ordenar la eliminación de contenidos, y exhortó al presidente electo de EE. UU., Donald Trump, a enfrentar estas restricciones legales.

Críticas al modelo de regulación brasileño

El enfoque de Brasil en el control de contenidos contrasta con regulaciones internacionales como la Digital Services Act de Europa, que prioriza la transparencia en algoritmos y procesos en lugar del contenido. En Estados Unidos, la Primera Enmienda protege ampliamente la libertad de expresión, dificultando restricciones similares.

Mientras tanto, analistas como Lourival Sant’Anna advierten que las decisiones de Meta podrían fomentar exclusión y violencia contra sectores vulnerables, mientras académicos como Viktor Chagas señalan la falta de claridad en las políticas de moderación.

Un escenario político y social convulso

El contexto político también influye en las medidas del gobierno brasileño. Lula enfrenta un 49,8% de desaprobación, según AtlasIntel, lo que lo llevó a reemplazar al ministro de Comunicación por el estratega de su campaña de 2022, Sidônio Palmeira. Además, instituciones como la Agencia Brasileña de Desarrollo Industrial (ABDI) han comenzado a implementar soluciones propias, como el uso de una aplicación de mensajería brasileña para evitar el dominio de las redes extranjeras.

El conflicto entre Brasil y Meta ilustra un debate global sobre el papel de las redes sociales en la difusión de información y el control estatal sobre estas plataformas, marcando un precedente en la relación entre los gobiernos y las big tech.

Fuente: Infobae

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