Salta

Cargnello habló de las secuelas del narcotráfico y la trata de personas

En su homilía del Tedeum del 25 de Mayo, monseñor Mario Cargnello se refirió al narcotráfico y a la trata de personas. Además conminó a los líderes políticos y sociales a trabajar por la unidad del pueblo, invocando el ejemplo de tres figuras importantes del NOA como Fray Mamerto Esquiú, María Antonia de Paz y Figueroa (Mama Antula) y los Mártires de Zenta.

En su homilía del Tedeum del 25 de Mayo, monseñor Mario Cargnello se refirió al narcotráfico y a la trata de personas. Además conminó a los líderes políticos y sociales a trabajar por la unidad del pueblo, invocando el ejemplo de tres figuras importantes del NOA como Fray Mamerto Esquiú, María Antonia de Paz y Figueroa (Mama Antula) y los Mártires de Zenta

El prelado aseguró que la celebración patria tuvo este año una fuerza especial ya que la humanidad empieza a salir de la pandemia que la golpeó dura y profundamente, pero se ve inmersa en la guerra del este europeo que genera incertidumbre sobre su alcance y ya empieza a dejar graves consecuencias económicas. A lo expuesto, monseñor afirmó: “Salta es zona limítrofe, incluso tenemos límites internacionales con Bolivia, Paraguay y Chile. Se suman fenómenos muy dolorosos, como el tráfico de drogas y la trata de personas; un tráfico cuyas secuelas las vemos en nuestra juventud -y aquellos que no son tanto-, heridos por el consumo de la droga que ven mutilado su futuro, reducido, empobrecido”. Luego agregó: “Hoy el tema de la unidad entre los distintos grupos es un desafío. Nos retamos demasiado, nos maltratamos mucho, damos rienda suelta a lo que queremos decir y no tememos ofender. Es hora de pensarnos de otra manera, de creer que el amor es más fuerte, incluso que la muerte, como lo creyeron nuestros Mártires de Zenta, la Mama Antula y Fray Mamerto Esquiú”. 

Cargnello cerró su discurso en los siguientes términos: “Los grandes santos son grandes dialogantes, por eso son modelos. No los miremos como beatos de estampitas, descubrámoslos como ciudadanos que quieren, desde el amor de Dios, una patria mejor, que creen en la fraternidad, que cultivan el perdón, que aprecian la ley, que nos desafían a ser líderes hoy, que nos invitan a sembrar el bien a toda costa, que nos dan un horizonte por el que vale la pena dar la vida y una mirada que tiene la eternidad, no para huir del presente sino para asumirlo totalmente, que nos ayudan a mirar el rostro de los otros, que nos invitan a desgastarnos en la vida. Ellos nos invitan a ser verdaderos líderes profundamente humanos”. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver al botón superior