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CEPRIDIASA exige a Salud que garantice la atención a pacientes

La Asociación de Centros Privados de Diálisis de Salta y Jujuy advirtió una “crisis terminal” por el desfinanciamiento del sistema y exigió al Ministerio de Salud un plan de pagos urgente.

Reclaman que, si no pueden cumplir con los compromisos, garanticen la atención y derivación de los 131 pacientes que dependen de los servicios.

Aún en medio de la crisis, sostienen su voluntad de diálogo. La Asociación de Centros Privados de Diálisis de Salta y Jujuy (CEPRIDIASA) encendió una nueva alarma en el sistema sanitario provincial.

A través de un comunicado y de declaraciones a Nuevo Diario, su vicepresidenta, Nora Marcheta, advirtió que los centros de diálisis atraviesan una situación de colapso operativo y financiero, provocada por el incumplimiento sistemático de pagos por parte del Ministerio de Salud Pública de Salta.

Según precisó la dirigente, la deuda asciende actualmente a más de 1.300 millones de pesos y se extiende a todos los prestadores del servicio en la provincia: Salta Capital, Orán, Tartagal, Rosario de la Frontera, Metán, Joaquín V. González, Cafayate y Cerrillos.

La cifra comprende prestaciones impagas correspondientes a los meses de diciembre de 2024 y entre mayo y julio de 2025, sin incluir aún agosto, que recién comenzó a auditarse.

“Cada día se atrasan más. Han hecho pagos parciales y, por ejemplo, todavía nos deben diciembre del año pasado. Este año la situación es increíble: no sólo no se regularizan las deudas, sino que nos dijeron directamente que no hay dinero”, relató Marcheta.

La representante explicó que CEPRIDIASA mantiene un convenio con el Ministerio de Salud, en el cual se establecen las obligaciones de ambas partes.

“El compromiso del Ministerio es abonarnos dentro de los 30 días posteriores a la presentación de la factura. Eso implica unos 60 días desde que realizamos la práctica. Sin embargo, los plazos se incumplen de manera crónica”, dijo.

Una deuda que crece y un sistema al borde del colapso

Durante una reunión reciente entre representantes de CEPRIDIASA y autoridades del Ministerio de Salud Pública se informó que a partir de noviembre se realizarían pagos parciales de 100 millones de pesos semanales.

Pero, lejos de significar una solución, ese esquema profundiza el problema. “Nos dijeron que iban a liberar 100 millones por semana. Pero con ese ritmo, hacia fin de noviembre no sólo no se habrá reducido la deuda, sino que va a aumentar. Entre los meses que siguen sumándose —agosto, septiembre, octubre y noviembre—, el monto total superará los 2.000 millones de pesos”, advirtió Marcheta.

La vicepresidenta subrayó que los centros sostienen actualmente la atención de 131 pacientes subsidiados por el Ministerio y por el programa Incluir Salud, lo que representa una carga financiera imposible de mantener sin los recursos comprometidos.

“No es una prestación barata. Es un tratamiento de alta complejidad que requiere personal, equipamiento, insumos, medicamentos, energía y mantenimiento constante. No se puede sostener sin pagos regulares”, enfatizó.

“Si no pueden pagar, que se hagan cargo de los pacientes”

Ante este panorama, CEPRIDIASA solicitó formalmente al Ministerio de Salud que, en caso de no poder garantizar los pagos, asuma la responsabilidad de reubicar o garantizar la atención de los pacientes.

“Si no nos van a pagar, pedimos que se hagan cargo de los pacientes. Pero sabemos que no hay muchas plazas disponibles. Entonces, ¿qué va a pasar con esas personas? No se puede seguir tirando de la cuerda apelando sólo a nuestra responsabilidad profesional”, sostuvo Marcheta.

“Yo podré regalar mi trabajo, que tampoco correspondería, pero tengo que pagar personal, comprar insumos, cubrir la electricidad. Es imposible sostener esto con buena voluntad. El Ministerio debe tomar una decisión y hacerse cargo de su parte del compromiso”, insistió.

Marcheta recordó que los centros de diálisis vienen “aguantando lo más posible”, sosteniendo la atención a pesar de la falta de recursos.  Finalmente, Marcheta reafirmó la disposición de los prestadores al diálogo: “siempre estuvimos abiertos a conversar. Si nos llaman nos sentaremos a dialogar”.

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