CGT inicia la renovación interna de nuevas figuras de cara a las elecciones

Con el “precalentamiento” político ya en marcha, la central obrera transita un momento de incertidumbre y reorganización, luego de fracturas internas, salidas de figuras clave y una creciente polarización desencadenada por las políticas del Ejecutivo.
A cuatro meses del congreso en que se elegirá a la nueva conducción, la CGT se encuentra en plena fase de definición, rodeada de tensiones derivadas de un panorama mucho más atomizado que en ocasiones anteriores.
Por un lado, destacan la salida de “los Gordos” Héctor Daer y Armando Cavalieri, cuyas diferencias los llevaron por caminos separados, y por otro, la fragmentación de sectores como el moyanismo, hoy concentrado casi exclusivamente en Camioneros, mientras otros gremios se mueven con dinámicas internas propias. Además, figuras tradicionales conservan poder, pero sin formar bloques sólidos, lo que intensifica la disputa por un liderazgo claro y aceptado por múltiples sectores.
En medio de este entramado, se discuten si la CGT debe continuar con el formato de triunvirato o pasar a un solo secretario general, un formato defendido por dirigentes como Juan Carlos Schmid y Luis Barrionuevo, quienes sostienen que la central necesita un liderazgo único y coherente para enfrentar los desafíos actuales.
Dentro de las listas emergentes suenan nombres como el de Jorge Sola, secretario de prensa y vinculado en su momento al plan presidencial de Sergio Massa, y también el de Cristian Jerónimo, cercano a Gerardo Martínez, pero aún no definido. El sector moyanista, por su parte, podría promover a Jerónimo, quien representa a la nueva generación, aunque Moyano aún no definió su respaldo explícito a ningún candidato.
Bloques y liderazgos
Por otro lado, dirigentes próximos al kirchnerismo intentan conformar un bloque propio bajo el liderazgo de Abel Furlán o Sergio Palazzo, impulsando iniciativas como la convocatoria a un paro nacional contra “el ajuste de Milei” y la defensa de Cristina Kirchner, cuyo lema promovido es “Cristina libre”.
Mientras tanto, algunos apuestan por un congreso en octubre, antes de las elecciones nacionales, para definir una conducción fuerte ante la campaña; otros prefieren noviembre, después de los comicios, para calibrar el posicionamiento de la CGT frente al resultado electoral. La elección de fecha refleja también la tensión entre quienes anticipan la necesidad de un rol activo durante la campaña y quienes prefieren esperar para actuar según el escenario político que se configure.
Fuente: Infobae