China refuerza suministros para la producción de drones rusos pese a sanciones estadounidense
 
						China continúa con el apoyo tecnológico al programa de drones militares rusos, a través de suministros y componentes que permiten a Moscú sortear las sanciones internacionales.
El gobierno de China ha vuelto a quedar en el centro de la atención internacional tras revelaciones de que empresas chinas, junto a estructuras de terceros países, están suministrando insumos críticos para la fabricación de drones militares por parte de la Federación de Rusia.
Según un informe de la inteligencia de Estonia, aproximadamente el 80 % de los componentes de alta tecnología y de doble uso que llegan actualmente a Rusia para la producción de drones provienen de China. Estas piezas abarcan semiconductores, sistemas ópticos, módulos de navegación y demás elementos que Rusia no produce en escala satisfactoria conforme a sus necesidades.
Por su parte, fuentes de inteligencia ucranianas detallan que fabricantes rusos han multiplicado sus niveles de producción. Estiman una producción de alrededor de 15.000 drones de largo alcance en 2024 pasaron a más de 30.000 en 2025, con planes de fabricar hasta dos millones de drones tácticos de pequeño tamaño antes de fin de año.
Pese a que China mantiene una postura oficial de neutralidad ante el conflicto en Ucrania y afirma no suministrar armas letales a ninguna parte.
Asimismo, Estados Unidos aplicó sanciones por primera vez a empresas chinas vinculadas con la producción de sistemas de armas para Rusia. Ucrania impuso restricciones a firmas chinas detectadas como proveedores de componentes para drones utilizados en ataques.
Al mismo tiempo, la capacidad de Rusia para seguir produciendo a gran escala plantea interrogantes sobre el alcance real y la eficacia de las sanciones internacionales.
En este contexto, los países de la OTAN y la Unión Europea analizan ahora mecanismos más amplios para bloquear rutas indirectas y empresas intermediarias que facilitan el flujo de tecnologías sensibles hacia Rusia desde China. La estrategia se vuelve cada vez más compleja, pues no basta con establecer sanciones: es necesario fiscalizar la totalidad de la cadena productiva y logística que permite la transferencia de tecnología bajo la apariencia de comercio civil o componentes “no militares”.
Fuente: Infobae


 
	 
	
