Con casi 12 mil puestos de trabajo menos, el ajuste, en Salta achica su mapa laboral
Datos oficiales muestran que, durante los primeros 22 meses del gobierno de Javier Milei, la provincia perdió casi 12 mil puestos de trabajo registrados y cerca de 500 empleadores.
El impacto se concentra en sectores productivos clave y en las pequeñas y medianas empresas. Y también de 2025, una etapa de fuerte contracción que dejó como saldo menos empleadores, menos puestos de trabajo registrados y una estructura productiva más frágil. Así lo señala el informe “Análisis de la dinámica laboral y de empleadores en la provincia de Salta”, elaborado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) en base a datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), que pone el foco en los primeros 22 meses de la gestión de Javier Milei.
El trabajo al que accedió Nuevo Diario analiza exclusivamente empleo registrado, es decir, aquel que se encuentra dentro del sistema de la Seguridad Social. Incluso con esa limitación —que deja afuera a una porción significativa de la informalidad estructural que caracteriza al mercado laboral salteño— los datos muestran un deterioro sostenido y transversal, y enciende las alarmas sobre la informalidad en el territorio provincial.
Menos empleadores, un tejido productivo más chico
Entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025, la cantidad de empleadores con trabajadores registrados en Salta pasó de 9.041 a 8.544. La desaparición de 497 empleadores implica una caída del 5,5% del total en menos de dos años, una señal clara del achicamiento del entramado empresarial provincial.
El retroceso no fue homogéneo. En términos absolutos, el sector más afectado fue el de agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, que perdió 223 empleadores. Le siguió el comercio, con 190 menos, dos actividades centrales para la economía local por su extensión territorial y su capacidad de generar empleo. También se registraron caídas en servicios de alojamiento y gastronomía, transporte, industria manufacturera y servicios profesionales.
Si se observa la evolución relativa, el impacto resulta aún más contundente en sectores particularmente sensibles al ciclo económico. Los servicios artísticos, culturales, deportivos y de esparcimiento registraron una caída del 18,8% en la cantidad de empleadores, mientras que los servicios de organizaciones y órganos extraterritoriales retrocedieron un 15,8%. El agro, nuevamente, aparece entre los más golpeados, con una baja cercana al 15%.
La caída del empleo registrado
La reducción de empleadores tuvo un correlato directo en el volumen de empleo formal. En el período analizado, Salta perdió 11.714 puestos de trabajo registrados, lo que representa una contracción del 4,6%. El total de trabajadores formales pasó de 255.905 en noviembre de 2023, a 244.191 en septiembre de 2025.
La construcción fue el sector con mayor pérdida de empleo en términos absolutos, con 4.775 puestos menos. El dato refleja el impacto de la paralización de la obra pública y la retracción de la inversión, factores que históricamente golpean con fuerza a esta actividad. En segundo lugar, se ubicó el sector agropecuario, con 4.312 empleos registrados menos, confirmando que el deterioro del entramado productivo también se tradujo en expulsión de mano de obra.
Otros sectores que mostraron caídas significativas fueron transporte y almacenamiento, actividades administrativas, administración pública y servicios de alojamiento y comida, configurando un escenario de ajuste extendido sobre distintas ramas de la economía.
Sectores donde el ajuste fue más profundo
Cuando el análisis se realiza en términos relativos, el impacto del ajuste aparece con mayor crudeza en algunos rubros. Los servicios de organizaciones y órganos extraterritoriales perdieron el 37,8% de sus trabajadores registrados en menos de dos años. La construcción registró una retracción del 28,1%, mientras que la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca redujo su empleo formal en un 23,5%.
Estos porcentajes no solo dan cuenta de una caída coyuntural, sino que anticipan dificultades estructurales para la recuperación del empleo formal, especialmente en sectores que cumplen un rol estratégico en la economía provincial.
El golpe a los empleadores más chicos
Uno de los datos más reveladores del informe es el análisis por tamaño de empleador, que muestra con claridad dónde se concentró el costo del ajuste. El 99,8% de los empleadores que dejaron de existir en Salta tenían hasta 500 trabajadores. En números concretos, este segmento perdió 496 empleadores, mientras que las empresas de más de 500 trabajadores se redujeron apenas en un caso.
La misma lógica se replica en la pérdida de puestos de trabajo. El 72,8% de los empleos registrados que se destruyeron en el período correspondió a empleadores de hasta 500 trabajadores, que explican 8.525 de los 11.714 puestos perdidos. En contraste, las grandes empresas concentraron el 27,2% de la caída, con 3.189 empleos menos.
En términos porcentuales, los empleadores pequeños y medianos redujeron su dotación de personal en un 7%, mientras que las firmas de mayor tamaño lo hicieron en un 2,4%, evidenciando una asimetría marcada en la forma en que el ajuste impactó sobre el entramado productivo.
Un mercado laboral más frágil
El informe del CEPA permite leer el deterioro del empleo formal en Salta como parte de una dinámica más amplia, asociada al rumbo económico nacional. La combinación de ajuste fiscal, caída del consumo, freno de la obra pública y ausencia de políticas activas de sostenimiento productivo tuvo efectos profundos en una provincia que ya partía de una situación laboral vulnerable.
A casi dos años del inicio de la gestión de Javier Milei y de las loas de que “Todo Marcha De Acuerdo Al Plan”, los datos muestran que el reordenamiento económico tuvo un costo concreto en el territorio con impactos que difícilmente puedan revertirse en el corto plazo sin un cambio de orientación en las políticas públicas. La pregunta que flota es si el plan incluye menos empresas, menos trabajo y un tejido productivo más endeble.



