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Con un 49% de pobreza, se nota la ausencia del Estado en comedores

En el último semestre, la pobreza en la Argentina llegó al 49%. La emergencia alimentaria volvió a estar en agenda.

El Presidente habló de la autonomía de la población para evitar “morir de hambre”, la Justicia ordenó a la ministra de Capital Humano Sandra Pettovello a entregar alimentos acopiados en depósitos con vencimiento próximo y su mano derecha fue despedido en medio de denuncias de corrupción. En ese escenario, movimientos sociales y comedores intentan dar abasto a una demanda cada vez mayor.

El 8 de febrero, el Ministerio de Capital Humano extendió el acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) por $20.000 millones para la compra y distribución de alimentos. Las intervenciones de la Justicia, que obligaron a la cartera a disponer de un plan de entrega de mercaderías o al menos de realización de un inventario, explicitan que la gestión nacional no ha cumplido con su parte del acuerdo. La eliminación de intermediarios, la mala calidad de los productos o la reserva para eventuales tragedias fueron algunas de las explicaciones que ofrecieron para justificar que aún, a casi seis meses del inicio del gobierno, no se ha distribuido ningún producto.

“No hemos recibido ni ayuda ni un contacto por asistencia de ningún funcionario nacional. Solo nos hicieron llenar una planilla para saber cuántas familias venían a retirar comida y la dirección de los comedores. Más que eso, nada”, cuenta Sonia Chorolque, que trabaja en uno de los 14 comedores que la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) coordina en San Pedro de Jujuy.

“Las manos limpias”

El escándalo de los alimentos no repartidos por el Ministerio de Capital Humano continúa. El ex secretario de Niñez y Familia, Pablo de la Torre, despedido y denunciado “por falta de transparencia” por Sandra Pettovello, se defendió este sábado en su cuenta de X: “Tengo la conciencia y las manos limpias”.

Un día después de su despido, De la Torre ratificó su inocencia y le echó la culpa a supuestos “kirchneristas infiltrados en el gobierno”. A pesar de la denuncia que le hizo Sandra Pettovello, mantuvo su fidelidad a la ministra de Capital Humano. “Tengo la conciencia y las manos limpias. Me enorgullece haber dado junto a la ministra Petovello la batalla contra los gerentes de la pobreza. No me voy a dejar amedrentar por los kirchneristas infiltrados en el gobierno. Muerto antes que sucio”, publicó en su cuenta de X.

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