Judiciales

Condenan a dos jefes de la Federal por contrabando de exportación

El jefe y subjefe de la Subdelegación La Quiaca de la Policía Federal, oficiales, Cristián Javier Bejarano y Milton Martín Cano, fueron condenados a la pena de 4 años y 8 meses de prisión como coautores del delito de contrabando de exportación, en grado de tentativa.

La condena fue dictada el lunes 7 de marzo pasado a instancia del fiscal federal Federico Zurueta, titular del Área de Casos Complejos de la Unidad Fiscal de Jujuy, quien también logró que otros cuatro cómplices sean condenados por el mismo delito, aunque con penas menores.

Se trata de los hermanos Luis, Paul y Fabián Saiquita, condenados a cuatro años y tres meses de prisión, mientras que Eduardo Laime, quien hacía de chofer, recibió una pena de dos años de prisión en suspenso, por ser considerado partícipe necesario.

El juicio tuvo un primer fallo favorable para los acusados el año pasado, pero un recurso de la fiscalía revirtió las absoluciones ante la Cámara Federal de Casación Penal. En el caso intervino el Tribunal Oral Federal de Jujuy, integrado por Alejandra Cataldi (presidenta), Marta Snopek y Abel Fleming. Este último magistrado se incorporó en una segunda etapa del debate debido al fallecimiento del juez Mario Juárez Almaraz, quien era vocal titular de ese cuerpo.

Acusación

A partir del secuestro de teléfonos y otras pruebas producidas por la fiscalía, el 24 de abril y el 8 de septiembre de 2020 se formalizó la acusación contra los seis acusados y se avanzó con la investigación hasta junio de 2021, cuando se inició el juicio de responsabilidad penal.

En esa instancia, el fiscal presentó numerosos testigos y mediante la exposición de otras pruebas, como las comunicaciones previas mantenidas por los acusados, demostró la culpabilidad de los dos jefes policiales y de sus cómplices, con quienes llevaban adelante la empresa delictiva.

Entre las pruebas, aportó las llamadas que los jefes Bejarano y Cano hicieron a gendarmes e incluso funcionarios de mayor rango del Escuadrón 21 para conocer de antemano el resultado de algunos peritajes.

Asimismo, develó otra maniobra ejecutada para desvincularse del hecho, como la creación de un segundo libro de registro, en el cual consignaron que el día en que fueron detenidos estaban en comisión de un operativo conjunto con la Gendarmería Nacional que tenía como objetivo detener a los coimputados. El convoy estuvo a 500 metros de traspasar la frontera. En su interior, el camión llevaba mercadería por un valor de más de 841 mil pesos en insumos sanitarios muy valiosos por su uso para la prevención del coronavirus. A ello se suma la valuación del rodado, estimada en más de 900 mil pesos.

La fiscalía echó por tierra la teoría de que los dos jefes eran víctimas de una supuesta rivalidad entre ambas fuerzas, como también los intentos de uno de ellos, Cano, por sostener que no estuvo presente cuando se produjo el procedimiento.

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