Condenan a los hombres que intentaron pasar 300 kg de cocaína en un móvil de bomberos
Así lo dispuso el Tribunal Oral Federal N°2 de Salta que también absolvió al jefe del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Aguas Blancas y padre de uno de los acusados.
El Tribunal Oral Federal N°2 de Salta condenó, el 30 de diciembre pasado, a cuatro hombres por el transporte de 314 kilos de cocaína que estaban ocultos en la caja de un móvil del cuartel de bomberos voluntarios de la localidad salteña de Aguas Blancas, y les impuso penas de entre 3 y 8 años de prisión.
Además, absolvieron al jefe del destacamento, Fredi Galarza y ordenaron la devolución de la camioneta utilizada para el delito a la entidad a la que pertenece.
Así, el juez Domingo Batule y sus colegas Gabriela Elisa Catalano y María Alejandra Cataldi condenaron a Julio Armando Araníbal y a Andrés Florentín Salto -integrante del cuerpo de bomberos- a 7 y 8 años de prisión como coautores del delito de transporte de estupefacientes agravados por el número de intervinientes.
En tanto, Nahuen Galarza -quien pertenecía al cuartel y era hijo del jefe, terminó condenado como coautor a la pena de 4 años y 6 meses en razón de la aplicación del instituto de reducción de pena previsto para el imputado colaborador.
Finalmente, Federico Gastón Reyes, recibió tres años de prisión en suspenso, como participe secundario del mismo delito, por lo que quedó en libertad con medidas restrictivas, entre ellas la prohibición de salir del país.
La investigación y la litigación del caso fue desarrollada por la fiscal interina de la Sede Descentralizada de San Ramón de la Nueva Orán, María del Carmen Núñez, con la asistencia del prosecretario Sebastián Spucches.
El caso
El 15 de marzo de 2024, una patrulla del Puesto 28 de Julio de la Gendarmería Nacional realizaba un control vial sobre la Ruta 50, entre las localidades salteñas de Aguas Blancas y Orán.
Así, a la altura del kilómetro 46, detuvieron la camioneta Volkswagen Amarok del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Aguas Blancas, que era manejada por Nahuen Galarza en compañía de Reyes.
Tras entrevistar al conductor, los Gendarmes revisaron el vehículo y advirtieron doce cajas medianas, envueltas con cinta de embalar marrón, con apariencia de encomiendas, en la parte trasera del vehículo.
Así, convocaron a testigos y abrieron las cajas, en cuyo interior hallaron 300 paquetes tipo “ladrillos” apilados. La prueba de campo determinó que se trataba de 314 kilos de cocaína, con un 88% de pureza y con capacidad para producir 2.675.118,96 dosis.
En la requisa también se incautaron los teléfonos celulares de Galarza y Reyes, una pistola 9 milímetros y un cargador con 14 balas, sin documentación que avalara su tenencia o portación.
Posteriormente, a partir del aporte de uno de los detenidos -en calidad de arrepentido- la fiscalía pudo establecer que las maniobras para el transporte de la droga habían iniciado el 5 de marzo, cuando la cocaína ingresó al país desde Bolivia.
La carga estuvo oculta en la vivienda de Araníbal, ubicada en el asentamiento “El Paltar” de Aguas Blancas y a 500 metros del límite fronterizo.
Con los estupefacientes en su poder, los acusados simularon asistir a un automovilista que, casualmente, tuvo un desperfecto cerca de la vivienda de Araníbal.
De acuerdo a la fiscalía, se trató de una pantalla desplegada por Salto para trasladar el estupefaciente hasta el cuartel de bomberos, de donde luego salió con destino a Orán, bajo la tutela de Galarza y Reyes.
La investigación
Entre el 15 y el 17 de marzo, se efectuaron una serie de diligencias en la sede de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Aguas Blancas y en las viviendas particulares de los involucrados, que culminaron con la detención de los acusados y del jefe de bomberos, Fredi Galarza.
Además, en los procedimientos se secuestraron diversos elementos de interés para la investigación y se realizaron peritajes en el que se destacó el hallazgo de “olores muertos” en uno de los móviles del cuartel. Esta medida, realizada con perros antinarcóticos, permitió verificar el derrotero de la droga.
También, en el marco de la investigación, se pudo identificar al líder de la banda, quien se encuentra prófugo y sobre quien pesa un pedido de captura nacional e internacional.
Alegatos
Al momento de los alegatos, la fiscal dio por acreditado el hecho imputado, que corroboró por las numerosas pruebas presentadas a lo largo del debate, de las cuales destacó los testimonios vertidos.
Tras repasar el hecho, la representante del Ministerio Público Fiscal afirmó que Galarza fue el conductor elegido y Reyes su acompañante, lo que se desprende de los peritajes efectuados sobre los teléfonos incautados y el aporte de algunos de los acusados.
La mercancía provino del hombre que permanece prófugo, quien cruzó numerosos mensajes con Galarza para que fuera hasta inmediaciones del paraje Solazuti, por donde preparaba el ingreso del estupefaciente.
Para ello, se utilizó una camioneta del cuartel de bomberos para trasladar el cargamento hasta la casa de Araníbal, donde se almacenó hasta el 14 de marzo, cuando nuevamente se fraguó otra supuesta asistencia a un vehículo con desperfectos mecánicos, para trasladar la droga hacia Orán.
Todo el despliegue expuesto por la fiscalía, derivó a partir de numerosos chats y audios extraídos de los teléfonos celulares de los acusados y el testimonio de una recluta quien, el 14 de marzo, se acercó hasta las instalaciones del cuartel y fue echada por Galarza, de mala manera, dado que esa noche tenían programado el traslado de la droga en el móvil que luego fue interceptado por Gendarmería Nacional.
De esta manera, la fiscalía despejó todas las dudas respecto al rol desplegado por los imputados y, en el caso de Fredi Galarza, ratificó su participación ya que, en su calidad de jefe del cuartel, fue el responsable de proporcionar los rodados para el traslado de la cocaína.
Resolución
Galarza, si bien reconoció su participación en el hecho, su abogado lo situó como el eslabón más bajo en la cadena, por lo que requirió una sanción por su actuación secundaria.
En relación a Reyes, su abogado señaló que Galarza le pidió a su cliente que lo acompañara pero que no sabía el contenido de las cajas.
En idéntica sintonía, las defensas de Salto y Araníbal cuestionaron el peso de las pruebas y la relación de las mismas con sus defendidos, y negaron su vinculación al hecho, mientras que el defensor de Fredi Galarza rechazó la acusación, la que calificó de débil y que su incriminación sólo respondía a su rol de jefe del cuartel de bomberos.
El Tribunal coincidió con la acusación expuesta por la fiscalía, con excepción de la situación de Fredi Galarza, a quien absolvieron, y de Reyes respecto de quien aceptaron la postura de su defensa en cuanto a que tuvo una participación secundaria.
“Lo importante es el conocimiento de la asunción y la distribución de roles de todos los intervinientes. Además, tiene que haber una contribución esencial y decisiva en la fase ejecutiva, extremos que estimamos acreditados”, concluyó.