Judiciales

Condenaron a tres ex policías que habían caído en Tartagal con 82 kilos de cocaína

El Tribunal Oral Federal N°1, integrado por los jueces Santiago Federico Díaz, Marta Liliana Snopek (presidenta) y María Alejandra Cataldi, condenó este jueves a tres ex integrantes de la Policía de Salta a las penas de 3 y 8 años y 6 meses de prisión por el delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes.

A instancia del pedido del fiscal general Carlos Martín Amad, de la Unidad Fiscal Salta, el tribunal condenó a Fernando Enrique Huanca a la pena de 8 años y 6 meses de prisión por el delito principal, en concurso real con el de resistencia a la autoridad, en calidad de autor.

Su mujer y cuñado, Vanesa y Jorge Barrios, en tanto, recibieron una pena de tres años de prisión por el primer delito, en grado de partícipe secundario. A ello, se sumó el decomiso en favor del Estado Nacional de una suma de 225 mil pesos y dos vehículos, uno marca Chevrolet Captiva y Volkswagen Polo.

Los condenados, según lo resaltado a lo largo del debate, eran ex integrantes de la Policía de la Provincia, institución de la que habían sido exonerados debido a reiteradas inconductas reglamentarias. No obstante, se valían de ese pasado para ejecutar las maniobras de narcotráfico.

Huanca, al ser desbaratada la última operación de tráfico, llevaba puesto el uniforme policial. El caso comenzó a investigarse en diciembre de 2.022, a partir de un informe de la Sección de Investigaciones Antidrogas, de Gendarmería Nacional, en el que se daba cuenta de un clan familiar que viajaba a Salvador Mazza, se proveía de droga y la trasladaba a Salta.

Residentes en Juan Solá

La fiscalía impulsó varias medidas investigativas, tanto de campo como de inteligencia, las que permitieron identificar a Huanca y los hermanos Barrios, residentes en Coronel Juan Solá, en el chaco salteño. El 14 de junio pasado, en función de que los acusados se aprestaban a concretar otra operación de tráfico, la fiscalía entró en acción para neutralizar la operación, para lo cual se monitoreó los movimientos de los acusados desde que salieron de sus domicilios rumbo a la frontera.

Senda Hachada

A su regreso, una patrulla de gendarmes se instaló en el puesto de control de Senda Hachada, en Tartagal, donde registraron el paso del vehículo VW Polo, conducido por Jorge Barrios, quien hacía un barrido de la ruta 34 a fin de alertar a Huanca, quien venía por detrás con una carga de 82 kilos de cocaína.

Huanca, el más peligroso de la banda

En el debate, los testigos y las pruebas presentadas fueron inobjetables, tanto que la propia defensa lo reconoció al momento de los alegatos. “Negar sería fastidiar”, dijo el abogado Marcelo Arancibia, quien reconoció el temerario accionar de Huanca y destacó la tarea realizada por el Ministerio Público Fiscal en materia probatoria respecto al ex policía que transportaba la droga.

Lejos de darse por vencido, el letrado apostó todas sus fichas a los hermanos Barrios, lo que, en definitiva, le resultó favorable, pues sus argumentos sobre la falta de méritos respecto a la participación de uno de ellos, Jorge, fueron reconocidos por el tribunal, dándole la razón a la calificación legal de partícipe secundario que había propuesto. Respecto a su hermana, Vanesa, también salió airoso, pero en este caso porque la misma fiscalía había considerado que la mujer tuvo un rol menor en el transporte de la droga.

Amad, en su alegato, realizó un meticuloso relato de los hechos, a lo que sumó otras pruebas, entre ellas testimonios de los investigadores y los informes de las intervenciones telefónicas y las pericias a los teléfonos de los acusados, las que confirmaron los movimientos realizados el día del hecho.

Resaltó el movimiento económico de los acusados, el que no era compatible con sus nuevos trabajos, en el caso de los hombres como remiseros y albañiles, y de la mujer como estilista. Reiteró el accionar violento de Huanca en la fuga protagonizada, como así también el hecho de que los viajes los hacía vestido de policía.

Al momento de determinar la pena, el tribunal hizo lugar el pedido respecto a Huanca, como así también en los 3 años de prisión requeridos para los hermanos Barrios, quienes terminaron el juicio en libertad, ya que su defensor logró, otra vez, imponer sus argumentos para que la pena de éstos sea de carácter condicional.

Una fuga violenta

Tras dejar pasar al primer coche (posteriormente interceptado en la localidad de Embarcación), los gendarmes esperaron el segundo rodado, el que apareció y fue obligado a detenerse y estacionarse para el control de rutina, instancias en que el chofer, vestido de policía, simuló prestarse a la inspección.

Huanca, que conducía el vehículo, aceleró de pronto, dándose a la fuga en forma violenta, circunstancias en que puso en peligro la vida de los gendarmes, los que salieron en su persecución. Cuando le dieron alcance, se pusieron al costado y le ordenaron que se detenga, pero el acusado no sólo hizo caso omiso, sino que trató de embestir el móvil de Gendarmería.

Luego, comenzó a zigzaguear y eso aumentó el riesgo en plena ruta, por lo que uno de los gendarmes optó por usar su arma reglamentaria, con la cual realizó un disparo a la rueda trasera izquierda del auto en fuga. De esta manera, el rodado se detuvo, aunque Huanca no cedió en su intención de huir, pues al descender opuso resistencia e intentó escapar, pero tropezó y cayó y sufrió cortes en el rostro.

 

 

 

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