
La caída del consumo, el ajuste fiscal y el parate en la obra pública provocaron el cierre de empresas y la pérdida de más de 6.500 empleos formales en la provincia. Comercio, turismo y construcción, los sectores más golpeados.
Desde que Javier Milei asumió la presidencia en diciembre de 2023, Salta enfrenta un deterioro progresivo de su estructura económica y productiva. En apenas 14 meses, más de 300 empresas dejaron de operar y más de 6.500 puestos de trabajo formales se perdieron, según datos oficiales de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), de acuerdo a un informe del sitio en redes Ciudadana Comunicación.
El número de empleadores registrados en la provincia cayó de 9.169 en diciembre de 2023 a 8.855 en febrero de 2025. Este dato revela el impacto directo de las políticas nacionales sobre el tejido empresarial salteño, especialmente en sectores clave como el comercio, el turismo y la construcción.
El comercio en picada: 200 empresas menos
El sector comercial, que históricamente ha sido una fuente importante de empleo y dinamismo para la economía provincial, sufrió la pérdida de 200 empleadores en este período, según sostiene el citado informe. Esto responde a la profunda caída del consumo interno, producto de la inflación, la devaluación, el congelamiento salarial y el encarecimiento del crédito. La falta de poder adquisitivo se tradujo en una merma sostenida en las ventas minoristas, especialmente en los pequeños y medianos negocios, muchos de los cuales debieron cerrar sus puertas de manera definitiva. “No vendemos ni para cubrir los costos fijos”, es una frase que se volvió común entre comerciantes salteños desde mediados del año pasado.
El turismo también en emergencia
Otro de los sectores severamente golpeados es el turismo, actividad clave para Salta por su aporte a la economía regional y su rol como generador de empleo. Entre diciembre de 2023 y febrero de 2025, 34 empresas del rubro “alojamiento y comida” dejaron de registrar trabajadores formales. Este retroceso se debe al encarecimiento del transporte, la reducción del turismo interno y la pérdida generalizada de ingresos que imposibilita el gasto en actividades recreativas. El efecto dominó alcanzó a restaurantes, hoteles, operadores turísticos y actividades culturales, haciendo más frágil el ya golpeado entramado de servicios de la provincia.
La construcción paralizada: 2.281 empleos menos en la provincia
La construcción, tradicional generadora de empleo privado en Salta, es el sector que más puestos perdió en el mismo período: 2.281. Esta caída está íntimamente ligada a la paralización de la obra pública que impuso el Gobierno Nacional como parte de su política de ajuste fiscal. Numerosas obras en la provincia —escuelas, rutas, viviendas, hospitales— fueron suspendidas o directamente canceladas, dejando sin trabajo a miles de obreros y afectando a empresas constructoras, proveedoras de materiales y otros servicios asociados.
La poda se extiende: más sectores afectados
Se suman otros sectores que también registraron pérdida de empleadores y puestos de trabajo: Transporte y almacenamiento: -1.459 empleos; Administración pública: -1.454 empleos; Actividades administrativas y de apoyo: -1.014 empleos; Servicios profesionales y técnicos: -30 empleadores menos; Actividades artísticas y culturales: -19; Intermediación financiera: -13; Salud humana y servicios sociales: -12. El impacto de esta tendencia no es menor: cada empleo perdido afecta a una familia, reduce la demanda agregada y contribuye a la creciente informalidad laboral. Las empresas que cierran no solo desaparecen como fuentes de trabajo, sino también como nodos en una red económica que se resiente cada vez más. Un modelo económico de exclusión. Las causas de este retroceso tienen nombre y apellido: el programa económico impulsado por la administración nacional basado en el ajuste del gasto público, la eliminación de subsidios, la apertura irrestricta de importaciones y la licuación del poder adquisitivo. Todo ello ha generado una caída generalizada de la actividad económica, con especial impacto en las economías regionales y en las provincias del interior. El efecto del “shock” libertario es particularmente devastador en regiones como Salta, donde la estructura económica depende fuertemente del consumo interno, el turismo y la inversión pública.