Cumpleaños de Salta con torta gigante en 1965, que terminó en estampida
Fue en Abril del año 1965 en que se festejaba el 383 aniversario de la Fundación de esta ciudad, cuando se realizó una gran fiesta en la plaza Güemes, frente a la Legislatura Provincial, donde se pudo concretar la Torta más grande que se tenga registro en Salta.
Una torta que pesaba unas 10 toneladas y tenía una medida de 4 metros de alto, con una estructura metálica de caños tubulares que la sostenía. La construcción demandó una abundante lista de ingredientes: 5.600 kilogramos de harina, 250 kilogramos de chocolate, 160 kilogramos de fruta confitada, 12.000 huevos, entre otros insumos. Gran parte de la comunidad participó en construir esta gigantesca obra de la repostería, donando parte de los ingredientes. El enorme manjar se convertiría en un récord para la época, y quedó grabado en la memoria de la gente. El primer corte lo hicieron el Gobernador Ricardo Joaquín Durand y el Director del diario El Tribuno, Roberto Romero, antes de que sucedieran los hechos que marcaron estos actos.
La festividad también estaba enmarcada por el Primer Festival Latinoamericano del Folklore, que se realizaba en esos días. Promediando las 6 de la tarde, se trató de comenzar con el reparto del gran pastel a todos los presentes, entre los que había Embajadores, Autoridades Provinciales, las delegaciones del Festival, y público.
Señores de saco y corbata salían con trozos de torta bajo sus ropas, la calle Mitre enchastrada entera vio cómo en pocos minutos quedó el armazón pelado.
También hubo un instante de alboroto, ya que varios jóvenes, ansiosos por ver la gran torta, arrojaban naranjas al toldo que cubría la misma. A este acto de locura juvenil no se lo planteó como vandalismo liso y llano, sino como una travesura muy accidentada que armó un gran revuelo y un susto insalvable a varios de los personajes de etiqueta que allí estaban. Por supuesto la escaramuza tuvo su fin solo hasta que desapareció la Gran Torta de Salta, y era señal de esto ver a los uniformados guardianes de la seguridad retirándose del lugar con pedazos de torta en la cabeza y en las manos.
Una fiesta atrevida
La fiesta se tornó un tanto atrevida, puesto que los jóvenes adolescentes que estaban muy ansiosos (ya que la torta estaba resguardada por un toldo para ser develada a todos los presentes) decidieron empezar a arrojar las naranjas de los árboles de la Plaza para poder contemplar el gran récord dulce, tirando de esta forma la lona que la cubría. Al instante se les llamó la atención, y se continuó con el festejo normalmente, pero en un rato más comenzó el desbandado y voraz abalanzamiento sobre la Gran Torta, por parte de estos jóvenes. Fragmento del Libro “Astilla Históricas de Salta”, de Juan Oscar Wayar.