Rosario de la Frontera se mantuvo hasta las últimas horas de ayer en estado crítico tras el derrame de una importante cantidad de ácido clorhídrico ocurrido a pocos metros de una estación de servicio ubicada en una de las zonas más transitadas.
El incidente se registró alrededor de las 6:40, cuando Bomberos Voluntarios recibieron el aviso y acudieron de inmediato, dando inicio al operativo de emergencia junto a otras fuerzas locales y provinciales.
El conductor del camión cisterna y empleados de la estación fueron quienes detectaron primero la situación, al percibir la fuerte emisión de vapores y el característico olor penetrante e irritante que comenzó rápidamente a causar molestias en ojos y vías respiratorias.
La gravedad del cuadro obligó a activar el protocolo de emergencia sin demora.
Al lugar llegaron Bomberos Voluntarios, Defensa Civil, la Policía de Salta, personal municipal y refuerzos provenientes de Metán, quienes aseguraron el perímetro y coordinaron un comando unificado.
La prioridad fue contener el derrame y neutralizar el producto químico para reducir el riesgo de una posible reacción explosiva, uno de los peligros más serios asociados a este tipo de sustancias.
Las primeras acciones de los especialistas incluyeron la aplicación de material absorbente y el enfriamiento continuo del área afectada. Las autoridades explicaron que, además del contacto directo con el líquido, la principal amenaza proviene de los vapores corrosivos que se dispersan en el aire y comprometen la respiración.
La situación se volvió aún más delicada cuando un cambio repentino en la dirección del viento redirigió la nube tóxica hacia la zona urbana, poniendo en riesgo al barrio Ramón Abdala, ubicado a poca distancia del lugar del derrame.
Ante esta condición, se emitió una advertencia urgente a los vecinos, instándolos a permanecer en sus hogares y seguir medidas de confinamiento: -Mantener puertas y ventanas cerradas; -Colocar trapos o paños húmedos en las aberturas para reducir el ingreso de vapores irritantes.
El operativo continuó activo mientras los equipos trabajaron para asegurar el área y eliminar cualquier peligro restante.
Un segundo camión de la empresa responsable llegó al lugar, según publicó el sitio El Vocero, para retirar el material que aún quedaba en la cisterna accidentada.
Cortes de tránsito y asistencia adicional
La ruta 9 tuvo el tránsito interrumpido y solo se habilitaba cada 15 minutos para permitir el paso controlado de vehículos, desviándolos por el acceso norte —la conocida “ruta vieja”— para evitar el área de riesgo.
Debido a la magnitud del incidente, se sumaron más bomberos y policías de Metán, quienes colaboraron durante toda la mañana. A los automovilistas y vecinos se les pidió circular con los vidrios cerrados y, de ser posible, utilizar barbijos.



