Dos nuevas vacunas contra el dengue y la malaria reciben el apoyo de la OMS
La OMS recomendó la segunda vacuna contra la malaria, a dos años de que la primera recibiera fuera reconocida. También emitió su primera recomendación de una vacuna contra el dengue en toda la historia, al que puede ser prometedor en Latinoamérica.
Hace casi exactamente dos años la Organización Mundial de la Salud (OMS) daba una noticia sin precedentes: recomendaba la primera vacuna contra la malaria, una enfermedad para la que se creyó que no había remedio. Ahora, el 2 de octubre, quedó claro que no hay un remedio sino dos, cuando el director general de la entidad, Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunció que recomendaban una segunda vacuna.
"Como investigador de la malaria, solía soñar con el día que tendríamos una vacuna segura y efectiva contra la malaria. Hoy tenemos dos", recordaba Ghebreyesus.
Se trata del fármaco R21/Matrix M, desarrollado por la Universidad de Oxford y el Serum Institute de la India. El medicamento muestra una efectividad del 75% cuando se inocula justo antes del inicio de la temporada donde crecen los contagios de malaria en los países donde la enfermedad es estacional y de un 66% cuando se administra según la edad de los niños sin tener en cuenta las estaciones.
Por otro lado, la OMS también recomendó la primera vacuna contra el dengue que logra formar parte de esta lista, el fármaco Qdenga de la farmacéutica japonesa Takeda. Por ahora, la vacuna se destinará a niños y adolescentes entre 6 y 12 años.
Sin embargo, no es la primera vacuna que existe contra el dengue: el fármaco desarrollado por Sanofi llamado Dengvaxia lleva años en circulación, pero se cree que Qdenga podrá presentar algunas ventajas imprescindibles. Un contratiempo de Dengvaxia es que necesita inyectarse en personas que ya hayan sido contagiadas una vez de dengue, algo complejo logísticamente y que mantenía a gran parte de la población infantil, que todavía no se había expuesto a la enfermedad, fuera de las campañas de vacunación.
Qdenga, que ya está aprobada en Argentina y Brasil, podría llegar a llenar ese vacío.