EE.UU. aprovecha la caída de Al-Assad para redefinir su estrategia en Siria
La Casa Blanca considera la caída del régimen sirio como un punto de inflexión en Medio Oriente. Joe Biden anuncia ataques para frenar al Estado Islámico.
La sorpresiva caída de Bashar al-Assad en Siria marcó un cambio trascendental en Medio Oriente. Para Estados Unidos, este evento representa tanto una oportunidad como un riesgo.
El ex presidente Joe Biden describió el fin del régimen como “un acto fundamental de justicia” y un momento para que los sirios “construyan un futuro mejor”.
En un discurso desde la Casa Blanca, Biden afirmó: “El régimen de Al-Assad brutalizó y torturó a millas. Su caída abre una oportunidad histórica, pero también trae riesgos de mayor inestabilidad”.
En paralelo, el mandatario confirma ataques aéreos de Estados Unidos en Siria. Estas acciones buscan impedir que el Estado Islámico aproveche el vacío de poder.
Contexto global y declaraciones cruzadas
El presidente electo, Donald Trump, coincidió en la lectura de Biden. Desde su red Truth Social, Trump afirmó: “Rusia e Irán están debilitados. Uno por Ucrania, el otro por Israel. Es el momento de actuar”. Además, pidió un acuerdo global para finalizar la guerra en Ucrania y estabilizar la región.
La Casa Blanca destacó que el colapso del régimen fue facilitado por el debilitamiento de sus aliados, Rusia e Irán. Voceros gubernamentales atribuyeron la victoria del grupo rebelde HTS a la “distracción” de estas potencias, inmersas en conflictos como la guerra en Ucrania y la crisis en Gaza.
El futuro de Siria y la postura estadounidense
Un alto funcionario del gobierno de Biden confirmó contactos con varios actores en Siria, incluidos líderes de HTS, aunque no ofreció detalles. “El futuro será escrito por los sirios. Estamos comprometidos a apoyar la transición”, afirmó.
El panorama para Siria, sin embargo, sigue siendo incierto. La caída de Al-Assad puede abrir la puerta a nuevas tensiones en una región históricamente volátil. La Casa Blanca instó a buscar una solución política que garantice la estabilidad.