El Comité contra la Tortura relevó fallas de seguridad en el incendio de la Alcaidía
El incendio ocurrido el 26 de octubre en la Alcaidía General N° 1 de Salta expuso un cuadro de abandono estructural que, según el Comité Provincial para la Prevención de la Tortura, pudo haberse evitado.
Andrés Giordamachi, comisionado del Comité, confirmó que en el pabellón afectado no había matafuegos, ni colchones ignífugos, ni cámaras de vigilancia, y que las celdas estaban ocupadas por más del triple de presos de lo permitido.
El Comité determinó que el ala incendiada alojaba alrededor de 110 internos, un número muy superior a la capacidad real del sector.
El organismo solicitó informes a la fiscalía que investiga el hecho, pero aún no recibió respuesta, pese a la gravedad de los hallazgos.
La inspección reveló una situación de hacinamiento crítico. Las celdas, con capacidad para 8 internos, tenían entre 18 y 25 detenidos.
El pabellón siniestrado, además, había sido señalado repetidamente por su alto nivel de conflictividad y sobrepoblación.
Tres detenidos afectados por el incendio continúan internados y bajo curaciones diarias, aunque fuera de peligro. Otros reclusos ya fueron dados de alta y regresaron al sistema penitenciario.
Ezequiel Avendaño, el único fallecido, había recuperado la libertad un día antes del incendio, pero nunca llegó a ser notificado de la resolución.



