El Encargado: quién es el sindicalista que quiso bajar la serie de TV de Guillermo Francella
Víctor Santa María es el jefe del gremio de porteros de edificio y dueño del multimedios Octubre. Le atribuyen insólitas operaciones contra la serie. Su relación con CFK.
FUENTE: https://www.clarin.com/politica/encargado-sindicalista-quiso-bajar-serie-tv-guillermo-francella_0_64ki87nLxq.html
Victor Santa María interpreta sus roles en términos de camisetas. "Tengo cuatro: medios, sindicato, PJ de Capital y Deportivo Barracas", según su propia definición ante la revista Noticias hace poco más de un año. La "camiseta" sindical, esa que heredó de cuna y le abrió las puertas para ponerse las otras, sirve para explicar los motivos de las polémicas operaciones que le atribuyen al titular del Suterh contra la serie "El Encargado"
a la que desde el gremio acusan de difundir un estereotipo negativo de sus afiliados.
Ese "territorio chico" es cuidado con recelo, pero está muy lejos de ser su única obsesión. Y el juego de las camisetas sintetiza a la perfección sus desvelos: Santa María no es solo un sindicalista, es el dueño de un emporio empresario de medios y publicidad, una referencia importante en la estructura política del peronismo porteño que le permitió articular un vínculo estrecho con la dupla de poder del Frente de Todos y un dirigente del mundo deportivo con pretensiones de ir por más. Alguna vez soñó con conducir los destinos de su Boca Juniors, aunque por ahora se conforma con su gestión en Deportivo Barracas.
La reacción frente a la ficción que protagoniza Guillermo Francella, revelada por Clarín, es previsible en los términos de que lo interpreta como un golpe a la fuente de su expansión. Es que la jefatura del Suterh fue el trampolín desde el cual Santa María, tras heredar el gremio de manos de su padre José "Pepe", se consolidó primero como una referencia gremial para desembarcar en la política y construir desde allí una sólida relación con los líderes del oficialismo y, a la par, modular su propia terminal en la geografía de la oposición mediante la cercanía con Horacio Rodríguez Larreta. El crecimiento meteórico de su "Grupo Octubre", un extenso conglomerado de medios que sumó recientemente su pata publicitaria, completó el ambicioso plan expansivo del sindicalista que hoy se piensa más como empresario.
El interés de Santa María en el mundo de los medios no es nuevo. Arrancó hace tiempo con el proyecto Caras y Caretas y sumó en 2016 la compra del diario Página 12 y la AM 750. Pero el multimedios que actualmente lidera se conformó bastante después, durante el primer tramo de la gestión presidencial de Alberto Fernández. A esos dos medios, desde 2019 el sello Octubre sumó la adquisición de El Nueve y la creación del canal de noticias IP, FM Aspen y otras tres radios, la revista El Planeta Urbano, y los portales Diario Z y Latinoamérica Prensa.
También integran el grupo la Universidad privada UMET y el instituto terciario ISO. Este año el sindicalista adquirió la firma Girola, una de las mayores empresas de publicidad en vía pública y su planta impresora de afiches y gigantografías Multiposter, especializada en gráfica offset y digital; y más recientemente la empresa VPM, que tiene su fuerte en la publicidad móvil en colectivos.
El vínculo estrecho con el Presidente nació de la militancia de años en el peronismo porteño. El gremialista se convirtió en un efusivo armador de su campaña apenas Cristina Kirchner lo designó al frente de la fórmula para enfrentar a Mauricio Macri en 2019. Acompañó el trajín proselitista del candidato y una vez electo, le sirvió sus oficinas de la calle México para que junto a sus equipos, Alberto diagramara la transición.
Motivos de sobra tenía el sindicalista para redoblar esfuerzos contra la reelección de Macri. Una denuncia de la UIF en 2018 lo colocó en la mira por la transferencia de 1,9 millones de dólares desde una cuenta en Suiza para que su madre ingresara al blanqueo de capitales dispuesto entonces por el Gobierno. También la Justicia, en una causa que luego naufragó, investigó otras cuentas suizas donde figuraban depósitos por más de 6 millones de dólares a nombre de su familia. "Se comprobó que nunca tuve la plata afuera, que tengo todo en el país", le dijo entonces el sindicalista al diario La Nación para defenderse.
Los funcionarios que le respondían a Santa María
El desembarco de Alberto Fernández en la Casa Rosada bien valía la pena por otras razones. Santa María logró ubicar a varios hombres propios en el flamante gabinete. Nicolás Trotta, por entonces rector de la UMET, fue designado al frente del Ministerio de Educación, y al frente de la Secretaría de Medios el Presidente nombró a Francisco Meritello, que había conducido Página 12 tras la compra del diario por el Grupo Octubre. Los datos de distribución de la publicidad oficial le sonrieron al sindicalista: en menos de un año se triplicó la pauta que recibieron los medios del holding, un esquema que se mantuvo incluso un tiempo más tras la salida de Meritello del Gobierno. Hasta la UIF, el organismo que investigó en tiempos macristas, quedó a cargo del abogado del Suterh Carlos Cruz.
Pero la agudización de la interna en el Frente de Todos también golpeó los intereses dirigente sindical y con ello sus simpatías hacia el Gobierno. Los desplazamientos de Trotta y Meritello en 2021 minaron su confianza en el Presidente y aguijonearon un distanciamiento que se amplificó con el correr de los meses. La charlas con Alberto se hicieron más esporádicas y casi inexistentes.
"Estamos en la cubierta del Titanic", describió para asombro de muchos que lo escuchaban en una reunión con sus pares de la conducción de la CGT. Una de las pocas: Santa María se reconoce parte de la central y tiene buen diálogo con la dirigencia, pero no forma parte de la mesa chica ni integra el grupo institucionalizado para encarar las negociaciones corporativas con el poder.
El terreno de la política partidaria le resulta más afín. Por años ocupó la jefatura del peronismo porteño, hasta que lo sucedió Mariano Recalde, y se desempeñó como diputado del Parlasur. Gisela Marziotta, cercana al sindicalista, fue electa como diputada nacional en 2021, en medio de la guerra declarada que el sindicalista mantiene desde tiempo con el ministro de Turismo, Matías Lammens. La inclusión de Marziotta en la lista oficialista se produjo en paralelo al camino de distanciamiento de Alberto que encaró Santa María para retomar los puentes con el kirchnerismo y el diálogo directo y cada vez más estrecho con Cristina Kirchner.
"Voy a hacer lo que tenga que hacer para lograr que nuestro pueblo pueda organizarse en un proyecto de país que vuelva a recuperar la ilusión, la fuerza y la alegría de nuestra gente", lanzó la Vicepresidente el último viernes en el congreso de la UOM que marcó su regreso a los actos políticos tras el ataque en su contra. Sentado en la primera fila Santa María aplaudió el abierto desafío contra el Presidente mientras la militancia vibraba con la consigna "Cristina 2023".