El fin del “chineo”: un pedido a gritos al Congreso de la Nación
La última jornada completa del Tercer Parlamento de Mujeres y Diversidades Indígenas, el pasado miércoles 25 de mayo, estuvo dedicada a hablar del “chineo” y los tipos de violencias que sufren las niñas y mujeres en las comunidades, temas muchas veces silenciados y difíciles de expresar con palabras. Tras el trabajó en seis grupos, se acordó que en la marcha del #3JNIUNAMENOS, a la que las mujeres originarias se sumarán, exigirán ante el Congreso de la Nación una ley que elimine esta práctica.
En el encuentro emergió el dolor profundo, el llanto, la rabia, la impotencia y el mirarse en el dolor: en uno de los grupos surgió que la mayoría de las mujeres habían sido violadas de niñas. Muchas de ellas contaron los abusos que sufrieron por parte de hombres blancos y también por otros de sus comunidades y en el interior de sus propias familias.
“El "chineo" no es una práctica cultural sino una práctica sistematizada colonial perpetrada por hombres criollos hacia nuestras comunidades.” Lleva ese nombre porque los españoles y luego los criollos llamaban "chinas" a las niñas indígenas por sus ojos rasgados. “La palabra 'chineo' no surge del pensamiento ancestral indígena, la palabra 'chineo' le pertenece al opresor, al invasor, al criollo violador. Esta palabra tiene una carga racista, misógina y genocida”, aseguran las mujeres, quienes eligen utilizar este término para demostrar la "racialización" de este tipo de violencia de género.
“Este espacio no sólo nos ha permitido escucharnos sino cuidarnos entre nosotras”, agregó Irene Cari, que también advirtió sobre la falta y necesidad de espacios hacia el interior de las comunidades “para construirnos a nosotras mismas”, y haciendo énfasis sobre el temor que inclusive tienen a los propios caciques, que según contó, golpearon a algunas mujeres para impedir su asistencia a este encuentro: “lo que el parlamento nos dejó sobre todo es mucha esperanza, porque es hoy una semilla para resistir contra cada embate.”
“Lo que importa es que este concepto (de chineo) nos ha generado a nosotras una forma de interpelar al Estado, de interpelar a los efectores del estado, a los ministerios, de que esto debe parar y que no podemos permitir un minuto más de silencio”, concluyó.