Salta

El Galpón puso en vigencia la pirotecnia sonora cero

En la antesala de las celebraciones de fin de año, el municipio de El Galpón dio un paso político y sanitario relevante al poner en plena vigencia el régimen de “pirotecnia sonora cero”.

La decisión no es solo administrativa: expresa una redefinición del modo en que el Estado local interviene sobre prácticas culturales arraigadas, priorizando el derecho al bienestar por sobre la lógica del festejo tradicional basado en el estruendo.

Mediante la Ordenanza N.º 20/25, el Concejo Deliberante formalizó la adhesión a la Ley Provincial N.º 8340 y avanzó con una prohibición integral del uso y comercialización de pirotecnia con efectos sonoros en todo el ejido municipal. La norma alcanza no solo a los artefactos de alto impacto, sino también a aquellos de menor escala que producen estallidos audibles, y abarca todas las etapas de la cadena: fabricación, acopio, venta, exhibición y uso.

El trasfondo de la medida responde a una demanda social que viene creciendo en los últimos años. Familias con personas con hipersensibilidad auditiva, adultos mayores, niños y organizaciones proteccionistas de animales han sido actores clave en la instalación del debate. A ello se suma una mayor conciencia sobre el impacto ambiental que generan los explosivos, tanto por la contaminación sonora como por los residuos que dejan tras cada celebración.

En este contexto, la ordenanza no busca eliminar el festejo, sino resignificarlo. El mensaje institucional es claro: celebrar no debe implicar poner en riesgo la salud de otros ni generar sufrimiento evitable. Desde el municipio remarcan que la convivencia y la prevención son ejes centrales de la política pública, especialmente en fechas donde los excesos suelen naturalizarse.

La advertencia sobre posibles sanciones y multas ante el incumplimiento funciona como complemento de una estrategia que apunta más a la concientización que al castigo. Las autoridades locales apelan a la responsabilidad individual y colectiva para garantizar que la normativa tenga un impacto real y no quede limitada al plano formal.

La decisión de El Galpón se inscribe, además, en una tendencia más amplia que atraviesa a distintos municipios de Salta y del país, donde el concepto de “pirotecnia cero” dejó de ser una consigna simbólica para transformarse en regulación concreta. En ese marco, la ordenanza local refuerza la idea de que las políticas públicas también cumplen un rol pedagógico: marcar límites, ordenar prácticas y promover nuevas formas de convivencia.

Así, en un escenario social cada vez más atento a las consecuencias de sus propias tradiciones, El Galpón opta por anticiparse al conflicto y sentar una posición clara. No se trata solo de ruido, sino de derechos, salud y una manera distinta de pensar las fiestas.

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