
Luego de que Cristina Fernández de Kirchner criticara a los diputados peronistas de Salta, Catamarca y Misiones por haber votado a favor del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que habilita un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, respondió con dureza a través de sus redes sociales.
“La ex presidenta manifestó que le daba pena y dolor ver cómo algunos diputados habían acompañado leyes del gobierno nacional. Yo también siento pena y dolor”, comenzó Sáenz, y aclaró que lo siente “por los salteños que están evacuados y aislados” a raíz de la histórica crecida de los ríos Pilcomayo y Bermejo.
“No se puede llegar a ellos salvo por puente aéreo. Y el clima no nos acompaña. Nadie del oficialismo ni de la oposición ha venido a ver esta situación. Eso también da mucha pena y dolor”, remarcó.
En ese sentido, defendió a los legisladores salteños que votaron a favor del DNU: “Lo que han hecho es dar gobernabilidad a alguien elegido legítimamente por el pueblo. Somos responsables cívicamente de eso. El diálogo siempre es el camino, no se puede oponer uno a todo”, expresó el mandatario.
Sáenz también apuntó contra lo que considera un manejo partidario injusto dentro del peronismo: “Con mucha pena y dolor debo decirle a la ex presidenta que han intervenido arbitrariamente el Partido Justicialista de Salta y el de Misiones, mientras que el de Catamarca y Tucumán no fueron tocados.
Claramente es porque están dirigidos por senadores que responden a su conducción política”, denunció.
Para el gobernador, esas intervenciones tienen fines electorales, ya que se trata de distritos que tendrán elecciones internas en los próximos meses. “Es una medida que busca que los candidatos no los elijan los salteños, sino que los pongan a dedo desde Buenos Aires. No quieren que la gente decida”, sostuvo.
Sáenz también reflexionó sobre su carrera política y rechazó depender de figuras nacionales: “Nunca pedí la bendición de ningún dirigente nacional. Nunca me colgué del saco ni de la pollera de nadie. Siempre busqué la bendición de los salteños y de Dios. Lo digo con orgullo”, expresó, diferenciándose de prácticas que considera centralistas o personalistas.
Con respecto al rol de los dirigentes nacionales, fue categórico: “Veo con tristeza la soberbia y la falta de humildad. Parece que nunca se equivocan. Como si lo que ellos dicen fuera palabra sagrada. Pero acá tienen un desobediente por naturaleza, que nunca va a votar nada que esté en contra de los salteños”.
Sáenz concluyó su mensaje con un llamado al diálogo y a la unidad, a pesar de las diferencias políticas: “Señora ex presidenta, nunca hablé con usted personalmente. Pero la invito a que podamos hacerlo, de igual a igual, como argentinos. No se puede gobernar si no dejamos de lado las diferencias y priorizamos los intereses del país. Reconocer errores no es debilidad. Es grandeza”, señaló.
En sus declaraciones, Sáenz insistió en que el norte argentino ha sido históricamente postergado por todos los gobiernos, y advirtió que, si bien en época electoral abundan las visitas y los respaldos, “cuando ocurren emergencias como la actual, nadie aparece”.