El Gobierno promete liberar importaciones a cambio del congelamiento de precios
El Gobierno está autorizando importaciones con una fecha promedio de pago a 180 días con el nuevo sistema SIRA, pero en los últimos días dejó trascender que podría haber alguna flexibilización para aquellas empresas de consumo masivo que acepten congelar los precios de una canasta de 1.000 productos por 120 días y que para el resto ajusten 4% mensual hasta marzo inclusive.
Aunque la aprobación de los permisos para importar es un mecanismo absolutamente discrecional, que la Secretaría de Comercio realiza a partir de varios cruzamientos de datos de las compañías, la falta de divisas es una realidad y no son pocas las empresas que deben paralizar líneas de producción, o hasta una planta completa, ante la escasez de insumos.
Pero el secretario de Comercio, Matías Tombolini, les está prometiendo a las principales empresas de consumo masivo que si firman un compromiso de congelamiento de una determinada canasta de productos – bajo el nombre de Precios Justos, que incluirán los que ya están en Precios Cuidados- hasta marzo podrán acceder a las divisas necesarias para pagar sus importaciones.
Claro que para que un programa así funcione por cuatro meses, el abastecimiento es clave. Para eso la empresa debe asegurarse de que podrán contar con los insumos requeridos para la producción.
Por lo pronto, el equipo de Tombolini le está pidiendo a las empresas que le digan cuántas divisas necesitarán para la producción de los próximos cuatro meses, necesaria para cumplir con el programa Precios Justos. Y en función de lo que se les informe, luego se verá si el pedido es factible o no, y por cuánto.
“Como uno de los temas importantes del acuerdo es el volumen, le estamos diciendo a algunas de las empresas que tal vez podamos adelantarles los dólares para que puedan asegurar la producción de los próximos 120 días. Todavía no está el detalle porque es parte de la negociación, pero no estamos asumiendo un compromiso uniforme con todas las que entren a Precios Justos”, aseguraron a Infobae fuentes de Comercio. Una de las posibilidades que analizan en la secretaría es achicar el plazo de pago para las firmas que lo necesiten.
Como las que están involucradas en esta negociación son empresas grandes, a la mayoría los permisos de importación les están saliendo con fecha de pago a 180 días; y si bien tienen mayor margen de maniobra que una pyme, no en todos los casos consiguen financiamiento a seis meses.
Porque además ya venían solicitándolo desde fines de junio, cuando una vez que se agotaba el cupo para el acceso inmediato a los dólares debían recurrir a sus proveedores, sus casas matrices o a bancos para obtener el crédito. “Algunos proveedores te dan 90 días, pero la gran duda es de dónde van a sacar los dólares para bajar los plazos. Estamos pidiendo que nos pasen algo por escrito”, enfatizaron desde una de las empresas.
Otro de los puntos que resaltan con preocupación en las firmas es el hecho de que el acuerdo de congelamiento no contempla un acuerdo hacia atrás en la cadena. Desde la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios (Copal) han planteado en reiteradas oportunidades que no pueden avanzar con acuerdos de precios sin que se consideren los aumentos de costos que sufren todos los meses las empresas. “Nosotros, si esto se concreta, le vamos a mandar nota formal a todos los proveedores planteándoles que no aceptaremos subas superiores al 4% mensual”, afirmaron desde una láctea.
El Gobierno tiene toda la intención de cerrar el acuerdo la semana próxima, en lo posible antes de que el Indec publique la cifra de inflación de octubre, que no habría sido positiva respecto de la del mes anterior. Por ahora, se está negociando para que la canasta de Precios Justos ronde los poco más de 1.000 productos, aunque luego ese listado quedará abierto. Y si bien también se incluyó a los supermercados mayoristas, el principal interés está puesto en que funcione en las grandes cadenas, que es donde ya rige Precios Cuidados. Este tipo de programas nunca han funcionado en el canal tradicional, por lo que cualquier intento por lograr que los comercios de proximidad accedan a artículos más baratos tiene, una vez más, escasas posibilidades de éxito.