El nuncio apostólico sentenció que ser Papa es “honor, responsabilidad y sacrificio”

El nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk, presidió este miércoles la misa “pro eligendo summo pontifice” en la catedral metropolitana de Buenos Aires, donde destacó el servicio a la Iglesia del fallecido papa Francisco.
Concelebraron, monseñor Eduardo Taussig, obispo emérito de San Rafael, el presbítero Alejandro Russo, rector de la catedral, y dos sacerdotes. Asistieron varias congregaciones de religiosas y numerosos fieles, entre los que se distinguía al Dr. Miguel Ángel Schiavone, rector de la Universidad Católica Argentina (UCA).”Estamos celebrando esta Eucaristía en la antigua catedral del cardenal Bergoglio. Estoy profundamente convencido de que la Iglesia en la Argentina está llamada a conservar el patrimonio y la enseñanza del Papa argentino”, expresó monseñor Adamczyk en la homilía y subrayó: “Deben estar orgullosos de su compatriota que por 12 años dirigió el rebaño del Señor en la tierra”.
El representante papal explicó que “estamos aquí, reunidos en la catedral de Buenos Aires, en unión con los cardenales, que en este momento entran en la Capilla Sixtina para pedir la luz del Espíritu Santo”.
“Recemos con insistencia al Señor para que nos done un nuevo pastor según su corazón, para que nos guíe al conocimiento de Cristo, a su amor y a la verdadera alegría”, pidió y afirmó: “La Iglesia católica es consciente de haber conservado, en fidelidad a la tradición apostólica y a la fe de los Padres, el ministerio del Sucesor de Pedro”.
“Pedimos a Dios que nos dé el ducentésimo sexagésimo séptimo Sucesor de San Pedro”, enfatizó. Tras recordar que “la primera misión de Pedro y sus sucesores es justamente la de cuidar y proteger la Iglesia” puntualizó que “el Obispo de Roma, por su carácter episcopal, se explicita, en primer lugar, en la transmisión de la Palabra de Dios y por eso esta tarea incluye una responsabilidad específica y particular en la misión evangelizadora en el mundo entero”.
“La unidad de la Iglesia, al servicio de la cual se sitúa de modo singular el ministerio del Sucesor de Pedro, alcanza su más elevada expresión en el Sacrificio Eucarístico, que es centro y raíz de la comunión eclesial; comunión que se funda también necesariamente en la unidad del Episcopado”, indicó.