El pai umbanda del Templo San La Muerte debía presentarse el 30 de diciembre, pero se dio a la fuga
Jorge Juan Soria Villalba, el líder espiritual que fue imputado el 29 de diciembre pasado por graves delitos de trata de personas con fines de explotación sexual, se dio a la fuga al día siguiente.
Esta situación puso en aprietos al Juzgado Federal 1 que no previó esa posibilidad y confió en que su defensor lo iba a presentar ante la Oficina Judicial, encargada de cumplir estas medidas judiciales. Pese a que el abogado Santiago Pedroza insistió, tras conocerse la fuga de su cliente, que el juzgado no había declarado esa condición, fuentes judiciales desmintieron al letrado y afirmaron que el juez federal 1 Julio Bavio, había ordenado la inmediata detención del acusado y dictó la captura nacional e internacional del pai umbanda. Pedroza, contra quien hay un fuerte enojo por parte del juzgado por lo que considera una maniobra de mala fe del letrado al pedir una audiencia de impugnación, para de esa forma generar una brecha de tiempo que fue muy bien aprovechada por Soria Villalba para escapar.
Lejos de las disculpas del caso, Pedroza sumó más molestias de parte del juez y la fiscalía, no sólo por las críticas realizadas en torno a la acusación, sino por haber dado a conocer nombres de las víctimas y otros detalles que no fueron expresados en la audiencia de imputación.
Incluso no se descarta que esta postura pueda afectar el proceso de probation con el cual Pedroza fue beneficiado en una causa penal, en la cual otro cliente lo denunció por haberse quedado con una importante cantidad de dólares creído de que el abogado lo iba a sacar en libertad con un documento de inhibición del mismo juez Bavio, lo cual era totalmente falso.
Faltazo
Soria Villalba debía presentarse el 30 de diciembre a la audiencia de impugnación que requirió Pedroza, pero llegada la hora de la cita, el letrado informó que su cliente no aparecía por ningún lado, por lo que Bavio, ante el papelón, ordenó la búsqueda y detención del pai.
Soria Villaba es el líder espiritual del templo Umbanda de Villa San Antonio, donde se veneraba a San La Muerte. Junto a su pareja, María Ester Arroyo, había sido imputado por el fiscal federal Eduardo Villalba por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual y por su calidad de “ministros de un culto”.
En la audiencia, el juez Bavio dictó la prisión preventiva de ambos acusados.