“El tema Ambiente ha sido eliminado de la agenda política”, asegura un doctor en Biología
Argentina atraviesa un punto crítico en materia ambiental. No se trata de una discusión técnica ni de diferencias entre modelos productivos, sino de un giro profundo en la relación entre el Estado, los ecosistemas y la sociedad.
La posible reforma o derogación de la Ley de Glaciares y la eliminación de las restricciones al uso del suelo tras incendios forestales responden a una misma lógica política que redefine qué se protege y qué se sacrifica.
En diálogo con Nuevo Diario, el doctor en Biología y referente ambiental Enrique Derlindati fue determinante: “Los últimos hechos en Argentina no dejan lugar a dudas: el ambiente ha sido eliminado de la agenda política. No desplazado, no debilitado: eliminado.”
La Ley de Glaciares y el agua en disputa
La Ley de Glaciares (26.639), sancionada en 2010, fija presupuestos mínimos para proteger glaciares y ambiente periglacial como reservas estratégicas de agua para el consumo humano, la producción y la regulación climática. La norma creó el Inventario Nacional de Glaciares, a cargo del IANIGLA, clave para provincias áridas como Mendoza y San Juan, donde los ríos dependen del deshielo. Desde su sanción, fue resistida por sectores mineros y gobiernos provinciales que la consideran un freno a proyectos extractivos.
Reforma, derogación y el argumento de las inversiones
El Gobierno nacional evalúa avanzar con una reforma profunda o incluso la derogación de la ley durante sesiones extraordinarias.
El argumento oficial es “destrabar inversiones”, reducir la “incertidumbre jurídica” y ampliar la autonomía provincial. Entre las opciones se analizan decretos, nuevas leyes o reinterpretaciones judiciales, junto con cuestionamientos a la protección del ambiente periglacial.
Para Derlindati, no se trata de hechos aislados: “Lo que ocurre con la Ley de Glaciares, los intentos de desmantelar la Ley de Manejo del Fuego o las decisiones tomadas en Mendoza respecto al agua y la megaminería son parte del mismo libreto”.
Incendios, suelo y retrocesos
La Ley de Manejo del Fuego fue modificada en 2020 para impedir el cambio de uso del suelo en áreas incendiadas durante hasta 30 o 60 años, evitando incendios intencionales con fines inmobiliarios o productivos.
El actual Gobierno anunció la derogación de esas restricciones, restituyendo el régimen previo y habilitando cambios de destino en plazos más breves.
Derlindati señaló la contradicción entre la movilización social y la respuesta estatal:
“El pueblo marcha, reclama, denuncia, se organiza… pero el Estado —nacional y provincial— parece mirar para otro lado.” En ese sentido agregó: “Pedimos políticas ambientales sostenibles, y recibimos flexibilización normativa para incendiar, desmontar, drenar o extraer.”
Anticiencia y normalización del daño
Para el biólogo, el trasfondo es político y cultural: “Hoy lo que domina la escena política es claro y transversal: anticiencia, negacionismo e insostenibilidad ambiental.” Y advirtió: “Ningún espacio político puede jactarse de tener un compromiso real con la conservación.”
La crisis, sostuvo, se ha naturalizado: “El verdadero problema es que la política no solo ignora la ciencia: la ridiculiza. La sociedad no solo niega la crisis: la normaliza”. El cierre es categórico: “Argentina está cruzando el umbral.” Y enfatiza: “La destrucción ambiental no es un ‘tema’ entre muchos. Es el cimiento sobre el cual se derrumbarán el resto de los temas”.



