Empleados del San Bernardo acusados de presunto robo de medicamentos
Por una denuncia de faltante de clonazepam, midazolam y diazepam, entre otros insumos médicos del San Bernardo, la Fiscalía allanó las viviendas de tres empleados de Farmacia y de una enfermera del hospital, donde hallaron y secuestraron remedios y otros elementos.
El Juzgado de Garantías N°7 autorizo el pedido de la fiscal de la Unidad de Delitos Económicos Complejos, Ana Inés Salinas Odorisio, realizó esta actuaciones tras la deuncia del Hospital San Bernardo, avalada por el gerente Pablo Salomón, además afirmó que se iniciarán los respectivos sumarios administrativos.
Los investigadores allanaron cuatro viviendas y lockers de empleados de farmacia y una enfermera del Hospital San Bernardo y se secuestró medicamentos, insumos médicos, celulares y documentación al especto.
La denuncia original indica que cuando en un cambio del papel al sistema digital, para dejar asentadas las prescripciones médicas a los pacientes, se detectó que algunos medicamentos recetados no coincidían con las patologías de los pacientes.
La investigación interna de la coordinación administrativa determinó que serían tres personas las involucradas.
La investigación de la UDEC inició a raíz de la denuncia radicada por el apoderado del Hospital San Bernardo ante el faltante de medicamentos como clonazepam, midazolam, insulina, enoxaparina, diazepam, guantes de latex, entre otros.
De acuerdo a lo explicado, el hospital dispensa a sus pacientes internados y ambulatorios medicación indicada por receta por los profesionales tratantes a través de dos lugares: la Farmacia Central de la cual sale la medicación para todo el sector de los internados del hospital y la Farmacia de Guardia, que provee medicación para los pacientes que se encuentran internados o concurren para atención ambulatoria en la guardia de emergencias.
En enero pasado, dos médicos oftalmólogos advirtieron en las historias clínicas digitales de algunos de sus pacientes dispensaciones de medicamentos que ellos no habían realizado y que no guardaban relación con las patologías tratadas.
A partir de allí, se inició una investigación que determinó que, de manera habitual, son los mismos usuarios de farmacia quienes habrían extraído los medicamentos dado que las claves son personales e intransferibles.
Los usuarios son un hombre -que trabaja como Técnico en la Farmacia Central ubicada en el interior del Hospital-, y dos mujeres que se desempeñan en la Farmacia de Guardia.
De la investigación también surgió que una enfermera -que se desempeña en la Guardia y que mantiene relación con el empleado de Farmacia- habría cooperado en la actividad, ya que la mayoría de los pacientes con registros irregulares son persona que fueron asistidos por el sector en el que se desempeña.
Teniendo en cuenta todo ello, la fiscal Salinas Odorisio solicitó al Juzgado de Garantías 7 el allanamiento de las viviendas de los cuatros sospechados, medida que tuvo lugar esta tarde.
Salomón adelantó sanciones y conjeturó que este hecho podría formar de una red ilegal a gran escala de comercio de medicamentos. Todavía no se tiene certeza de la cantidad de los medicamentos e insumos sustraídos.