Interés generalSalta

En “Ciudad de la Miel”, un apicultor, reclama apoyo para salvar a las abejas

“Somos la Ciudad de la Miel, pero estoy sólo, salvando a las abejas”, afirmó Jorge Valencia, reconocido apicultor de San José de Metán. Hace años dedica su tiempo y recursos personales al rescate de enjambres que aparecen en áreas urbanas, pero denuncia la falta total de apoyo institucional.

Valencia realiza operativos casi diarios para retirar abejas que se asientan en árboles, aleros, techos o estructuras públicas. “Todos los días hago rescates. A veces están uno o dos días esperando hacer su nido, y yo voy a sacarlas antes de que se metan en alguna casa”, explicó en diálogo con el programa El Bueno y El Malo.

En plena temporada de calor, la aparición de enjambres aumenta y con ello, los riesgos para los vecinos. Pero según denunció el apicultor, muchas veces los insectos no son retirados de forma adecuada, sino eliminados. “Los bomberos matan, y también hay particulares que usan mochilas y productos químicos para exterminarlas. Y eso está mal: las abejas nos dan vida, son esenciales para la polinización y el equilibrio del ecosistema”, advirtió.

La contradicción que plantea Valencia se vincula a que Metán se presenta como “Ciudad de la Miel”, pero es el único que se dedica a rescatar y preservar las abejas sin respaldo de ninguna autoridad.

“Yo me muevo con mis propios medios, voy solo, compro mis cosas, cargo la van, hablo con la gente para que me avisen si ven enjambres. Nadie me ayuda, ni el municipio, ni los concejales, ni el Estado en ninguna de sus formas”, reclamó.

En ese sentido, pidió que el Concejo Deliberante elabore una ordenanza que regule el tratamiento de los enjambres y proteja activamente a las abejas. “No sé si hay una ordenanza, yo la pedí, pero nunca me respondieron. Y si no la hay, deberían hacerla. Que se comprometan, que se note que les importa”, expresó.

Recientemente, Valencia rescató un enjambre en la Escuela Belgrano, que se encontraba sin clases. No es la primera vez que interviene en instituciones públicas. Sin embargo, sigue sin recibir ni siquiera una colaboración logística. “Yo me estoy encargando solo, pero esto no se puede sostener. Necesito que al menos una parte del Estado se involucre”, remarcó.

Las abejas son clave para la producción de alimentos, la biodiversidad y el equilibrio natural. Por eso, Valencia no pide otra cosa que compromiso.

“Con el título de Ciudad de la Miel no alcanza. Hay que cuidar de verdad a las abejas”, concluyó.

Volver al botón superior