Interés general

En el Día de la Fibromialgia, demandan una asistencia adecuada

El 12 de mayo es el Día Internacional de la Fibromialgia y el Síndrome de la Fatiga Crónica, dos enfermedades que son desconocidas para muchas personas y a menudo mal diagnosticadas.

Aunque son enfermedades diferentes, ambas afectan la vida cotidiana del paciente, con síntomas comunes como ansiedad, dolores de cabeza, depresión, insomnio y malestar generalizado.

La fibromialgia fue tipificada como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud en el año 1992, mientras que ocurrió lo mismo con el Síndrome de la Fatiga Crónica en 1994.

Fibromialgia

Es una afección crónica, de origen desconocido, que provoca dolor muscular sin inflamación y sensibilidad generalizados. En muchos pacientes, este problema está asociado a la fatiga y la dificultad para dormir.

Aunque no es una enfermedad autoinmune, comparte con ellas algunos síntomas como cansancio constante y dolor.

Las personas con enfermedades reumáticas inmunomediadas, como lupus, artritis reumatoidea o espondilitis anquilosante, son más propensas a padecer fibromialgia. Se la define como una enfermedad reumatológica común que afecta a pocas personas, entre el 2 y el 4% de la población general, con un 90% de mujeres entre 45 y 55 años.

Causas y síntomas

No están claras las causas de la fibromialgia. Las investigaciones sobre la enfermedad sugieren que están involucrados el cerebro y la médula espinal que componen el sistema nervioso central. También se considera probable que ciertos genes ocasionen que determinadas personas tengan más propensión a desarrollarla.

El principal síntoma es el dolor generalizado, en ambos lados del cuerpo y abajo y arriba de la cintura. Se describe como dolor leve, molesto y constante, que dura al menos tres meses.

Hay otros síntomas como cansancio, aunque se duerma mucho. Los pacientes suelen despertarse por el dolor o sufren trastornos del sueño. 

Diagnóstico y tratamiento

No existe test de laboratorio para diagnosticar la fibromialgia. Sólo puede confirmarse con un examen clínico y a través del diálogo con la paciente. El tratamiento combina medicación analgésica y cuidados para minimizar los síntomas y mejorar el estado de salud y bienestar general. También se usan psicofármacos para aliviar la fatiga y ayudar a dormir.
 

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