En el Vía Crucis, Cargnello se refirió a la “tentación” de identificarse con “colectivos”
Sin referirse directamente a las denuncias por violencia psicológica y económica que surgieron en las últimas horas en su contra, monseñor Mario Antonio Cargnello en su homilía en la misa del Vía Crucis afirmó que “no siempre el bien es aceptado como bien” y aseguró que a veces se rechaza, subestima, ridiculiza o ataca a quien quiere hacer el bien.
Luego se refirió a "los cansancios" por hacer el bien y ejemplificó: "Luego viene el cansancio cuando el otro te agrede antes que le digas algo. (…) o cuando tomas partido por un grupo. Hoy tenemos la tentación de identificarnos con determinados colectivos (vocablo que se utiliza para referirse a grupos que luchan por derechos feministas).”
Cabe recordar que recientemente trascendieron denuncias de monjas de las Carmelitas Descalzas por violencia física, psicológica y económica. Las mismas se tramitan en el juzgado de Violencia Familiar y Género 3 e incluye además a Martín de Elizalde, obispo emérito, y Lucio Ajalla, vicario cooperador de la Catedral de Salta.
En su discurso que tuvo lugar en la cima del cerro San Bernardo, el prelado remarcó que se avance a la normalidad en los rituales y celebraciones religiosas, luego de dos años de pandemia.
Además, volvió a referirse a la guerra entre Rusia y Ucrania: "El hombre ha logrado dominar las fuerzas generadas por la energía atómica y no sabemos si las podemos controlar o no. Nos experimentamos tan frágiles porque un botón que se aprieta puede significar la destrucción de gran parte de la humanidad", dijo.
Luego afirmó: "No nos cansemos de hacer el bien, cuando uno es chico y joven tiene mucho entusiasmo y trata de hacer el bien, luego la vida nos hace chocar con realidades, no siempre el bien es aceptado como bien. Por ahí no lo entienden, nos rechazan, nos subestiman, nos ridiculizan o nos atacan, entonces uno tiende a bajar los brazos, para qué voy a hacer el bien si nadie nos tiene en cuenta, si no pasa nada, y yo encima tengo que aguantármela. Hacer el bien es un camino y un camino que necesita de fortaleza".
Agregó que: "Porque uno siembra el bien en esta tierra que tiene espina, piedras, se te ahoga el oxígeno y por lo tanto no creces. La primera dificultad viene de esos cansancios, porque el otro no te entiende y te agrede. Luego viene porque nos cansamos, porque la vida es así, no tenes tiempo, tenes que hacer otras cosas".
Remarcó que: "Porque tenes otros intereses, empezas a pensar en vos mismo y te olvidas de los demás y tenes que vencer ese círculo narcisista que te hace ver solo lo tuyo y abrirte a los demás, es una barrera a vencer para hacer el bien. Luego viene el cansancio cuando el otro te agrede antes que le digas algo. (…) o cuando tomas partido por un grupo. Hoy tenemos la tentación de identificarnos con determinados colectivos. El grupo se defiende del otro y nos amparamos, tenemos más fuerza y no te da ganas de hacer el bien y sin embargo tenemos que seguir haciendo el bien. Tenemos que creer en el bien. O la tentación que aparece en la escritura, porque triunfan los malvados, y al que quiere hacer el bien, se lo desprecia, minimiza, ridiculiza, se lo ningunea".
Por último se refirió al perdón y pidió que se imite a Jesús, “el gran perdonador”. “Este Viernes Santo en este tiempo de pandemia y de guerra, que clamamos que se acabe, pidamos al señor la gracia de creer en la fuerza que tiene el bien. El bien es fecundo, hace bien y creador de más bien y ahí viene el tema del cansancio, porque nos acompaña, es bien cuando uno siente la injusticia y se revela contra ella, busca la justicia, pero ese camino no termina cuando soy capaz de perdonar. Busquemos la justicia y la paz, no nos neguemos la capacidad de perdonar”.