Salta

En Salta, de 2 mil comedores solo el 25% contaba con aporte estatal

En un contexto donde las organizaciones sociales se volvieron un enemigo para el gobierno nacional, desde la UTEP expresaron las realidades que viven y la búsqueda por un sostén comunitario.

“Jocha” Castro Videla, dirigente de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), informó en Hora de Voces (FM Ya 91.3) que en 2021 se realizó un relevamiento de la situación de comedores y merenderos.

De dicho informe surgió que en Salta había 2 mil espacios de asistencia alimentaria. Cada uno recibía entre 80 y 120 personas, y apenas el 25% contaba con un apoyo estatal para sostenerse; número que se redujo. “Hoy no llega nada, desde noviembre no llega ni un paquete de fideos”, dijo.

Castro sostuvo que el gobierno nacional es hábil en marcar agendas y destinar tiempo y dinero público “a estigmatizar y pelearse con diferentes actores sociales”. “A los movimientos sociales nos viene tocando bastante seguido, pero bueno, agarramos el guante, porque sabemos que si nos atacan es porque los incomodamos, y si los incomodamos es porque algo bien estamos haciendo, que no es ni más ni menos que el trabajo de organizar la comunidad”, sostuvo.

El referente también aclaró la información difundida de la nación que indicó que existían en el país 40.000 merenderos inscriptos de los cuales “la mitad no existían”. En primer lugar, expresó que estar inscripto en el registro nacional no representaba una garantía de contar con apoyo estatal.

“El primer sostén de los comedores y merenderos populares es la comunidad, es el vecino, es la vecina, que solidariamente aporta un paquete de sémola, un paquete de arroz, un paquete de yerba, es el comerciante que dona, son las mujeres y los hombres que se organizan para hacer una rifa”, remarcó.

Además, aquellos espacios que habían logado firmas convenios con la Nación, en los distintos gobiernos que pasaron desde los 2000, debían realizar las rendiciones correspondientes de los fondos recibidos, con constancias de AFIP y cada factura de compra.

una polla, vender empanadas, ese es el primer sostén de los comedores y merenderos comunitarios. Porque lo que tiene este gobierno es que ellos parten de la base de que no existe la solidaridad, no existe la gente generosa, detrás de cada acción hay un interés o un cálculo económico, piensan ellos. Yo pienso todo lo contrario, y miles de años de historia de la humanidad me demuestran todo lo contrario, y lo veo día a día en Pichanal y en el norte de Salta, y ustedes lo deben ver en Salta Capital. Y después, por otro lado, había algunos comedores, sí, que habían logrado firmar algunos convenios con el Estado Nacional, en el gobierno anterior, en el gobierno de Macri, en el gobierno de Cristina, en el gobierno de Néstor, para poder sostener económicamente estas actividades. Y eso había dos formas de hacerlo. Siempre los convenios se firman desde una personalidad jurídica con el Estado Nacional, no es que lo firma Cachito, Pepito, Juancito o María. Y ese convenio tiene derechos y obligaciones, y ese convenio lo que siempre implica es que hay que rendir. Hay que rendir factura por factura, con circunstancia de AFIP, todo lo que se compró. Entonces había algunas organizaciones sociales, e iglesias también, de diferentes tipos de iglesias, cristianas, católicas, etcétera, que habían logrado firmar algunos convenios donde tenían un monto, que era cuatrimestral o semestral, un monto económico, que eso había que ejecutarlo en algún supermercado o hipermercado, comprar la mercadería, y que después se distribuía en ese merendero o ese comedor.

“Entiendo el ataque que tiene (Javier) Milei para con las organizaciones sociales y para con la gente que tiene los valores de la solidaridad, de la generosidad y la justicia, porque obviamente si existe gente con valores, obviamente esa gente va a resistir los valores o los antivalores que propone Milei. Entonces el enemigo que él ha elegido tiene sentido para el modelo de humanidad y de país que él quiere instalar”, afirmó.

A ello, agregó que hay una fuerte búsqueda por estigmatizar a las organizaciones sociales y profundizar la grieta en el país.

“Las mujeres sienten dolor y sienten bronca cuando ven que en la televisión se apunta contra ellas, por más que el nombre y apellido que persigan sea otro. Pero persiguen a un conjunto. Y estas son mujeres que no se acercaron a la organización social por tener un Potenciar Trabajo o por querer sacar ventaja de un poco de mercadería. Se acercaron o la organización se acercó a ellas, para poder fortalecer las redes que sostienen la vida de nuestros barrios y de nuestras comunidades y de nuestros hijos”, finalizó.

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