En Salta prácticamente no obedecieron las disposiciones para evitar la pirotecnia sonora

Lejos del esperanzador relato de los días navideños en los que las familias salteñas transcurrieron los festejos sin grandes estruendos por la pirotecnia sonora, pese a las intensas campañas informativas sobre la normativa vigente y los operativos de control y decomiso de artefactos pirotécnicos, en Año Nuevo la provincia sucumbió en todas sus latitudes ante los ensordecedores festejos, generando el repudio generalizado y malestar desde distintos sectores.

Con numerosas denuncias y quejas de particulares y de organizaciones a través de los medios y de las redes sociales, expresaron su reclamo por el uso de artefactos sonoros de pirotecnia, y solicitaron mayor concientización por parte de la ciudadanía, y sanciones ejemplificadoras por parte de las autoridades.

Nuevo Diario dialogó con Luis González, referente de Padres TEA Salta, quien se sumó a los repudios: “Si bien la Ley provincial 8340 que prohíbe el uso de pirotecnia sonora es nueva, hay una ordenanza para el caso de Salta Capital que ya tiene tres años de vigencia y otras similares en otros municipios, en donde se encuentran plenamente reglamentadas e implementadas, acá evidentemente, a la falta de control se le sumó la falta de empatía”, señaló.

González analizó que: “si bien para el Mundial esperábamos que hubiera mucha pirotecnia, finalmente no la hubo al igual que en Navidad, no ocurrió lo mismo en Año Nuevo”, dijo y advirtió sobre el fracaso de los controles por parte de la municipalidad de la ciudad de Salta, que es donde se concentraron los episodios de pirotecnia: “explotaron Salta, dejando en evidencia la falta de controles, porque si bien se hicieron inspecciones, fueron solamente en los locales habilitados y para la foto”. Asimismo, remarcó: “que hayan secuestrado cien bolsones no es nada para la cantidad que se usó durante esta celebración; sabemos además que a medida que nos vamos alejando del centro de la ciudad, siempre es mayor el uso de pirotecnia en plazoletas, en pequeños locales y hasta en las esquinas de los semáforos”.

Cuestión de empatía

Luis González recordó también el trabajo que desde hace años vienen realizando desde distintos sectores con la campaña “Más luces menos ruidos”, que inclusive es llevada adelante de manera conjunta con la Cámara Empresarial de Fuegos Artificiales: “Hay toda una serie de registros gráficos tomadas desde distintos puntos de altura de la ciudad, en donde se ve el uso de gran cantidad de pirotecnia de alto impacto sonoro”, puntualizó el referente que instó a seguir trabajando en la prevención y “apelar a la empatía”, finalizó González.

Violencia hacia los inspectores

Susana Pontussi, interventora de Espacios Púbicos, manifestó a Nuevo Diario que se trabajó toda la semana para controlar la venta ilegal de pirotecnia en las calles.

“Durante la semana prácticamente había desaparecido la venta, hasta el viernes y el sábado que apareció. Estábamos preparados para que esto sea así. Se decomisaron aproximadamente unos 30 bolsones. A diferencia de navidad, eran más variados y con más cantidad”, informó.

Cabe recordar que desde el inicio de las festividades se amplió la cantidad de inspectores, pasando los 100, y se ampliaron los horarios de control desde las 8 de la mañana hasta casi las 2 de la madrugada. La Policía de la Provincia acompañó a los inspectores.

Además, Pontussi denunció que hubo hechos de violencia hacia inspectores y la Policía ante los controles. “Creo que habían invertido mucho en comprar la pirotecnia que está prohibida, y al ver la gran cantidad de inspectores y que no podían vender, se han puesto muy violentos. El viernes rompieron los retrovisores de algunos móviles, el sábado también e incluso golpearon a policías e inspectores”, indicó.

 

 

 

 

 

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