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Estados Unidos y Japón sellan acuerdo de aranceles e inversiones

Estados Unidos y Tokio concretaron un marco que establece un arancel mutuo del 15 %, una inyección de capital japonés por 550.000 millones de dólares en industrias clave de EE. UU. y la apertura del mercado nipón para autos, arroz y otros productos estadounidenses.

El presidente estadounidense anunció desde su cuenta oficial que se había alcanzado “un acuerdo masivo” con Japón. Ambas partes implementarán un arancel recíproco del 15 % sobre sus mercancías mutuas.

En el marco de esta estrategia, se acordó que Japón canalizará una inversión estimada en 550.000 millones de dólares hacia Estados Unidos. Dichos fondos, gestionados por entidades vinculadas al gobierno japonés, financiarán proyectos en sectores como semiconductores, fármacos y energías limpias. Esto se desarrollo con una condición que el 90 % de las ganancias regresen al país norteamericano.

Simultáneamente, Tokio se comprometió a abrir sus mercados domésticos a productos agrícolas estadounidenses, incluyendo arroz, y a eliminar barreras para autos y camiones procedentes de EE. UU., con lo que se pretende generar “cientos de miles de empleos” en suelo estadounidense.

Por otro lado el índice Nikkei subió casi 4 %, impulsado principalmente por las automotrices japonesas, que recuperaron terreno tras la disminución de los aranceles automotrices del 27,5 % al 15 %. En el continente europeo también repuntaron los sectores vinculados al transporte.

Aunque el cambio beneficia especialmente a Japón que registraba un superávit comercial cercano a los 70.000 millones de dólares antes del acuerdo. La Casa Blanca sostuvo que el pacto además contribuirá a reducir el déficit fiscal estadounidense mediante los ingresos aduaneros derivados del 15 % de aranceles.

Desde Tokio, el primer ministro resaltó que se trata de “la tasa más baja jamás aplicada a un país con superávit frente a EE. UU.” y describió el avance como beneficioso para ambas naciones, aunque aclaró que sectores sensibles como el acero y el aluminio quedarán al margen del trato.

Fuente: La Nación

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