Ya estamos en 2025, y con ello llega el balance de lo que fue la despedida del 2024. La decepción de constatar que las campañas de concientización realizadas desde distintos medios y por el municipio no surtieron efecto, es evidente.
Lo vivido anoche —y que, creo, se replicó en toda la ciudad— reveló la verdadera personalidad del “quemeimportismo” local. La despedida de 2024 y la bienvenida de 2025 mostraron de manera clara y ruidosa que la empatía no es el punto fuerte de los salteños, al menos en estas situaciones.
Por definición, la empatía es la capacidad de comprender los sentimientos y pensamientos de los demás, sin necesidad de identificarse con ellos o estar de acuerdo con ellos. Es un valor fundamental para las relaciones interpersonales, ya que ayuda a conectarse con los demás a un nivel más profundo.
Evidentemente, este concepto quedó en eso, dejando al descubierto el sufrimiento de los seres más cercanos que normalmente tenemos en nuestro hogar: nuestras mascotas. Y, por extensión, la realidad de que en algunos hogares hay personas con trastornos que, en este contexto, sufren y hacen sufrir a su entorno familiar, simplemente por la impotencia de no poder solucionar nada. Todo esto visibiliza la incomprensión de quienes venden fuegos artificiales y también la de quienes los compran, que al parecer padecen la ecpatía.
¿Qué es la ecpatía? La ecpatía es lo contrario de la empatía y se define como un proceso mental voluntario de exclusión de sentimientos, actitudes, pensamientos y motivaciones inducidas por otro. Es decir, una persona que experimenta ecpatía no se conecta emocionalmente con los demás ni intenta entender o compartir sus experiencias o sufrimientos.
Controles
Según el Ministerio de Seguridad y Justicia, por medio del Departamento Bomberos de la Policía de Salta, se realizaron intensos controles de pirotecnia en las distintas jurisdicciones de la provincia, en un trabajo coordinado con los Municipios. Detalla que, entre el 27 y el 30 de diciembre, se realizaron más de 1.100 controles en comercios de toda la provincia. Se labraron 70 infracciones por venta ilegal de pirotecnia sonora y se secuestraron productos cuya venta está prohibida.
A la luz de lo percibido la noche del 31, e inicio de año, esos controles fueron insuficientes porque -quizás- contaron con la complicidad de los salteños insensibles con la problemática del otro.
Excusas
Si bien es cierto que 2024 fue un año incierto, en el que los comerciantes tuvieron que aprovechar todas las oportunidades para vender sus productos, ni por un momento se pensó en pedir a los proveedores que reemplazaran los artículos sonoros por los insonoros, que habrían sido perfectos en ese contexto.
Es lamentable ver y saber que la vil moneda sigue manejando las voluntades de los inescrupulosos, mostrándolos tal como son. También es importante reconocer que muchos de esos productos llegaron “importados” —por contrabando—, lo que los hizo más económicos y, por ende, más lucrativos para quienes los vendieron.
Habrá que esperar el inicio de un nuevo año para ver y saber si la ciudadanía salteña madura, aprende a convivir y respetar la problemática y dolor ajenos.
NAG