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Falú detalló cómo detectó la falsificación de su firma y su uso indebido por el IMAC

El escándalo que estalló esta semana en torno a la utilización fraudulenta de la firma, sello y matrícula del cardiólogo salteño Edmundo Falú para facturar más de 100 millones de pesos al Instituto Provincial de la Salud (IPS) sumó un nuevo capítulo tras la publicación de Nuevo Diario.

En una entrevista radial con el periodista Héctor Alí, el médico explicó cómo se enteró del hecho, qué alcance tuvo la maniobra y cuáles son sus principales temores ante la dimensión del caso.

Falú relató que su primera noticia sobre lo sucedido llegó en agosto, cuando una auditora del IPS lo llamó para pedirle que reconociera una firma: “La auditora observa que la firma no era la mía”, contó. Al presentarse, comprobó que la rúbrica era falsa y que el sello tampoco coincidía: “El sello que figuraba no es el que yo estoy usando”.

Además, le informaron que aparecía como parte del staff del IMAC, aunque nunca integró ese equipo. “Yo no tenía nada que ver como staff de ese sanatorio. Nunca trabajé ahí”, aclaró.

Una maniobra sistemática

El cardiólogo explicó que no conocía a la mayoría de los pacientes que figuraban en los expedientes donde aparecía su firma: “Hay un montón de pacientes que no conozco, y las firmas claramente no son mías”.

Incluso, una de las solicitudes se había fechado cuando él no estaba en el país: “A fines de mayo yo estaba en Madrid. Y aparece un pedido con mi firma de esos días”.

Las falsificaciones tampoco seguían un patrón, lo que muestra que se habrían realizado de manera rutinaria: “Las firmas son todas distintas, no es que una se parece a otra”.

Consultado sobre el circuito administrativo, Falú confirmó que los pedidos salían desde IMAC y que, mientras en los expedientes figuraba su matrícula, la facturación se hacía con la matrícula institucional: “Prescribían como si fuera yo, pero la facturación iba directamente al centro, no a mi cuenta”.

Contó que habló circunstancialmente con colegas que trabajan en la clínica y que, desde el exterior, el presidente del IMAC, Dr. Saavedra, lo llamó para pedirle disculpas: “Me dijo: ‘Te pido disculpas en nombre mío y de los socios. Cuando llegue a Salta voy a hablar con vos’. Eso no ocurrió”. Evita, sin embargo, especular sobre los responsables: “No tengo la menor idea de quién falsificó. Eso lo tiene que determinar Fiscalía”.

Falú dijo recibir una cantidad incesante de mensajes, aunque también mucha solidaridad. Aseguró que su accionar no apunta contra nadie en particular, pero que no permitirá que su identidad sea utilizada nuevamente: “Lo único que me mueve es la defensa de mi buen nombre. Me voy a proteger como corresponde”, cerró.

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