Ferraris confirmó que existió un vínculo entre un auditor y Yolanda Vega
El presidente de la Auditoría General de la Provincia, Gustavo Ferraris, confirmó que no firmó el informe de transición del municipio de Cerrillos.
En declaraciones al programa Día de Miércoles, Ferraris explicó que su decisión respondió a diferencias técnicas sobre la fecha de corte y el alcance del control aplicado durante el traspaso de gestión, señalando que el informe no reflejaba con exactitud el cierre administrativo de la intendencia.
“No estuve de acuerdo con el informe porque hablaba de una aprobación y una fecha de corte que no compartía. El auditor del área tomó como referencia el 30 de septiembre, cuando la gestión finalizó en diciembre. Eso generaba un vacío y limitaba el alcance del control”, sostuvo el titular de la Auditoría.
Ferraris aclaró que la ley le otorga la facultad de expresar disidencias cuando considera que existen errores metodológicos o de procedimiento.
“A mí me parece saludable dejarlo asentado por escrito. Es más grave no hacerlo. Mi obligación es garantizar que los informes reflejen con precisión la situación financiera de los municipios”, afirmó.
Las declaraciones se produjeron poco después de que el actual intendente de Cerrillos, Enrique Borelli, denunciara públicamente un presunto faltante millonario en Rentas y “una red de cobros irregulares” durante la gestión de Vega.
Según Borelli, se detectaron comercios con deudas desde 2017 o 2018 que exhibían recibos sellados, pero cuyos pagos nunca ingresaron al sistema municipal.
En una entrevista posterior con El Murishow, Ferraris amplió su explicación y reveló que la auditoría de transición fue retirada del área original a pedido suyo, luego de conocerse un presunto vínculo personal entre el auditor a cargo, contador Cansino, y la exintendenta Vega.
“No compartí los alcances de la auditoría porque había sido incorrectamente planificada. Después se conoció un vínculo entre el auditor y la intendenta, por lo que pedí que Cerrillos pase a otra área de control. Dejé asentada y publicada mi disidencia”, precisó.
El funcionario aclaró que no se trata de un conflicto político, sino de una cuestión técnica e institucional:
“No he evaluado nada más allá de los hechos. Las cosas están escritas y transparentadas. Lo peor sería taparlas”.
Ferraris reiteró que las diferencias dentro de la Auditoría son “parte de la autonomía técnica” que tiene cada auditor, pero que en este caso decidió actuar preventivamente para garantizar la transparencia del proceso.
“Somos cinco auditores y cada uno tiene independencia en su trabajo. Las disidencias son normales y enriquecen la labor institucional. Lo importante es que todo quede documentado y respaldado”, concluyó.
Mientras tanto, la Auditoría General de la Provincia avanza con una nueva revisión integral del municipio de Cerrillos, a raíz de las denuncias de Borelli por el presunto desvío de fondos y la falta de rendición en el área de Rentas.



