Francia y Alemania suspenden ingreso de ciudadanos uruguayos con pasaportes nuevos

Los uruguayos con pasaportes emitidos a partir del 23 de abril de 2025 enfrentan impedimentos para entrar a Francia y Alemania. La medida diplomática se originó en el cambio de formato de los documentos, que eliminó el campo “lugar de nacimiento”, generando un cortocircuito en controles migratorios.
En los aeropuertos de París y Berlín, las autoridades migratorias de Francia y Alemania comenzaron a rechazar a ciudadanos uruguayos cuyo pasaporte se emitieron a partir del 23 de abril de 2025. La razón es que el nuevo documento no incluye la denominación del lugar de nacimiento, lo que consideran un requisito para acreditar identidad en esos países, según explicaron portavoces diplomáticos.
Asimismo, en Alemania, el embajador Stefan Duppel advirtió mediante su cuenta en X que ni siquiera los viajes cortos o solicitudes de visa lo autorizarán con estos pasaportes. Esta limitación afectaría a numerosos ciudadanos que los han recibido en los últimos meses.
Análisis técnico
Paralelamente, fuentes de la embajada francesa en Uruguay señalaron que las nuevas libretas están bajo análisis técnico, mientras se esperan criterios definitivos para reanudar el otorgamiento de visados a través del nuevo formato. Hasta tanto, persiste la suspensión para quienes portan los documentos modificados.
Estos pasaportes reformulados, anunciados el 15 de abril por el Ministerio del Interior uruguayo, eliminan el campo “lugar de nacimiento” para ajustarse a la normativa 9303 de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). De este modo, se incluyó el código “URY” en el título rebautizado como “Nacionalidad/Ciudadanía”, aplicable a ciudadanos naturales y legalizados por igual.
Tras la medida adoptada por Francia y Alemania, el Gobierno uruguayo, a través de los ministerios de Relaciones Exteriores e Interior, aseguró que notificaron las modificaciones al pasaporte oportunamente a todas las representaciones diplomáticas de Uruguay, y aseguran que no se han detectado objeciones similares por parte de otros países europeos.
Fuente: La Nación